Golpeando cajas y cantando coplas se homenajeó a la Madre Tierra

Golpeando cajas y cantando coplas se homenajeó a la Madre Tierra

Después de una noche lluviosa, el cielo se abrió para celebrar a la nueva Pachamama, encarnada por doña Andrea Avelina de Balderrama

RITO. Un arco con los frutos de la tierra corona las ofrendas a la Pachamama. RITO. Un arco con los frutos de la tierra corona las ofrendas a la Pachamama.
07 Marzo 2011
"Por el suelo hay una compadrita/ Que ya nadie se para a mirar / Por el suelo hay una mamacita/ Que se muere de no respetar/ Pachamama te veo tan triste / Pachamama me pongo a llorar...".
La canción de Manu Chao salía de los parlantes de un auto y le daba los buenos días a la plaza de Amaicha. Justo para la ocasión: en unas horas más aparecería en su carroza la Pachamama y saludaría al pueblo con su mensaje, siempre ligado al cuidado de la Madre Tierra y la naturaleza. Sin embargo, a los desvelados que arrancaban la jornada con una botella helada de soda y escuchando la canción, no se los veía para nada tristes ni mucho menos llorando.
Ni a ellos, ni a nadie: Amaicha entera se ha vuelto sonrisa y felicidad en la 64ª edición de la Fiesta Nacional de la Pachamama. La convocatoria es verdaderamente descomunal y dejó sin habla (y sin comida para vender) a los pascaneros y organizadores. El sábado a la noche había que caminar no para encontrar mejores precios, sino para encontrar qué comer, porque alrededor de las 23 eran pocas las pascanas a las que les quedaba algo para ofrecer. Y ayer, con la noticia del puente caído en Rosario de la Frontera, los carnavaleros desaforados que planeaban ir a Jujuy pegaron un golpe de timón y se instalaron en el pueblo del sol eterno.
En realidad, este verano no fue tan eterno y el promedio de los 360 días de sol se descalibró hace rato. Pero ayer, el cielo se abrió después de una noche lluviosa y el sol calentó el acto central.
Doña Andrea Avelina Flores de Balderrama apareció por la calle de la enramada en su carroza, acompañada por el Pujllay, el Yastay y la Ñusta. Una decena de copleras le ponían ritmo a la marcha golpeando sus cajitas.
"Pachamama cusiya cusiya" retumbó la voz ultrajada de carnavales del animador y la nueva representante de la Madre Tierra apareció en el escenario, y su pueblo la recibió con un abrazo en forma de aplauso. "Muchas gracias por el reconocimiento, que todos vuelvan bien a sus casas cuando termine la fiesta", dijo la Pachamama a media voz. Otro aplauso.
"Es mujer de pocas palabras doña Andrea", confirmó el locutor. De inmediato comenzó la ceremonia de las ofrendas en la apacheta sobre el escenario, que fue conducida por Belo Andrade. La encargada de hacer las ofrendas fue la madre de Belo, doña Celia de Andrade. "Madre Tierra te voy a ofrendar todo lo que generosamente nos das a través de nuestro trabajo", dijo la coplera, y empezó el ritual de dejar los frutos en la apacheta mientras pronunciaba palabras que más de una vez arrancaron carcajadas del público.
"Madre Tierra voy a ofrendarte la algarroba, de la que comemos nosotros y nuestros animalitos; el chañar, que nos cura de los bronquios y si lo comemos con pan nos cura del hambre. Madre Tierra te ofrendo la albahaca, que es la esencia del carnaval: cuando dices albahaca, tu cabeza loca piensa en lo que has hecho o lo que vas a hacer en el carnaval",  dijo la coplera y entre el público se cruzaban miles de miradas cómplices.

Los tributos

"Madre tierra te ofrezco la muña muña, que es una hierba digestiva, aunque para los mal pensados   sirve para otra cosa", dijo doña Celia y estallaron las risas, incluida la del legendario vendedor que anda por los Valles repitiendo "muña muña, muña muña ...". "Si tienen relaciones que sea con amor y tendrán una vida llena de paz, no vamos a andar por el mundo sembrando hijos para que sufran", dijo, y se llevó un aplauso fervoroso.
La celebración se interrumpió de repente. Había llegado al pie del escenario la madre de la nueva Pachamama. "Se ha sumado al festejo Liboria González, madre de Andrea Flores, que tiene 102 años" dijo el locutor (el sábado, doña Andrea había dicho a LA GACETA que su madre tiene 98 años). Doña Liboria, menuda y sonriente, revivió el momento en que ella estuvo ahí arriba como Pachamama.
La ceremonia de las ofrendas terminó con agradecimientos, regalos a la nueva Pachamama y a doña Justa Pastrana por ser la pascanera más antigua de Amaicha. Unos minutos después, el desfile de carrozas, como todos los años, mostró lo que las escuelas, agrupaciones y productores artesanales de la zona tienen para ofrecer. Debajo de la enramada, una lluvia de duraznos, pelones, nueces, uvas, vino patero y otros productos típicos conquistó a las visitas. Las agrupaciones gauchas saludaron a la nueva Pachamama, firme en su trono, arriba del escenario. Una frenada al caballo, un giro para ponerse de frente y el gesto de retirarse el sombrero para honrar a doña Andrea.
Aplausos, agradecimientos y pedidos de paz para el año dieron lugar a un vals. Era el momento del casamiento criollo, en el que dos jóvenes representan una boda arriba de sus caballos. Ese valsecito fue un pulgar levantado para que empezara el baile y todo Amaicha se volviera carnaval.

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