La historia del retrato en nuestra provincia

La historia del retrato en nuestra provincia

Obra fundamental para la investigación del pasado de nuestro arte

ACADÉMICA PIONERA. Celia Terán publica en un tomo de 362 páginas, estructurado en cuatro partes, la tesis con la que obtuvo el primer doctorado en Artes conferido por la Universidad Nacional de Tucumán. ACADÉMICA PIONERA. Celia Terán publica en un tomo de 362 páginas, estructurado en cuatro partes, la tesis con la que obtuvo el primer doctorado en Artes conferido por la Universidad Nacional de Tucumán.
09 Enero 2011
Arte
EL RETRATO EN TUCUMÁN ANTES DEL SIGLO XX
CELIA TERÁN
(EDUNT - Tucumán)

Para obtener el primer doctorado en Artes que confirió la Universidad Nacional de Tucumán, Celia Terán presentó en 1988 la tesis, aprobada summa cum laude, que se edita en este libro.
Prestigiosa profesora titular de la Facultad de Artes, miembro de las Academias Nacionales de la Historia y de Bellas Artes, autora de numerosos y laureados ensayos, creo no errar al considerarla la máxima autoridad de Tucumán en esa disciplina especial que es la historia de la creación artística, y pionera en las respectivas investigaciones.
Ha estructurado en cuatro partes este tomo de 362 páginas, con  numerosas ilustraciones en color y en blanco y negro. La primera, con el título Introducción general, ofrece un ajustado panorama del retrato en la historia del arte, y lo enfoca bajo la óptica de la bibliografía especializada. El apartado contiene también (excediendo ampliamente las acotaciones del título) una notable secuencia histórica de las manifestaciones artísticas de Tucumán, desde los orígenes hasta nuestros días. Son casi 40 páginas de mayúscula utilidad para quien busque una visión general del contexto artístico de Tucumán.
En el segundo apartado, Terán lleva de la mano a su lector, rumbo a la aparición del retrato en la provincia. Que podría fijarse -si bien entre comillas, aclara- con un par de ejemplares de comienzos y mediados del siglo XVII. Aporta allí, asimismo, un estudio de los factores estéticos, iconográficos y técnicos que juzga destacables en las obras que estudia.
Indagaciones iconográficas en obras del siglo XVIII, es el título del tercer capítulo, que consta de una introducción al medio sociocultural, un análisis del retrato como reflejo de la sociedad que lo genera y las modalidades de la retratística en Tucumán. Esto se cierra con inteligentes y detenidas consideraciones generales sobre el tema y su contexto dentro de la historia del arte.

Artistas, maestros


La última parte de la tesis sigue y analiza, concretamente, a los artistas. Parte de José Gabino Castro, pintor tucumano que fue la primera en valorar y caracterizar. Su investigación descubrió que era el primero documentado fehacientemente como tucumano, y también el primer retratista argentino conocido.
Se ocupa de los artistas viajeros, como Amadeo Gras y como Félix Revol: éste último decoró nuestra Iglesia Matriz con pinturas absurdamente eliminadas en los arreglos de fines de los 30. Por cierto que destina amplio espacio al famoso Ignacio Baz, con un penetrante análisis de las obras que estima más significativas de su abundante producción. Entre ellas, hay que marcar hallazgos, como el del retrato del doctor Tiburcio López y Molina, cuyas vicisitudes revelan tanto los conocimientos de la doctora Terán como el contagioso entusiasmo que rodeó siempre su tarea de investigadora.
El trabajo, en su parte final, enfoca los comienzos de la enseñanza académica del arte en Tucumán, con los pintores italianos Santiago Falcucci y Pascual Farina, incluyendo por cierto el análisis de su producción. Y se cierra con Lola Mora, la figura de mayor prestigio en la plástica tucumana, que inició su actividad a fines del período tratado y que se extendió, como es sabido, durante las dos primeras décadas del siglo que pasó.
Un extenso apéndice de las fuentes y la bibliografía utilizada, sellan con solidez la tesis de la doctora Celia Terán.
Casi no vale la pena decir que su investigación no ha desdeñado ningún aspecto. No solamente ofrece el más detenido análisis de las técnicas (sin perder nunca la relación con el contexto) sino que un concienzudo trabajo de archivo le ha permitido rastreos tanto artísticos como biográficos absolutamente originales e inéditos. Su tesis es uno de esos libros que pueden ser fuente de muchos otros, por la cantidad de líneas de investigación que abre, y por las posibilidades que sugiere a los estudiosos en esta disciplina.
Considero a El retrato en Tucumán antes del siglo XX una obra de pura uva y sin rellenos. Tiene importancia fundamental para todo el que desee, de aquí en adelante, acometer con seriedad la investigación histórica de nuestras artes plásticas.
© LA GACETA

Carlos Páez de la Torre (h) 

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