La necesidad de evitar tormentas laborales

La necesidad de evitar tormentas laborales

Un buen clima interno en la oficina constituye una inversión estratégica en productividad.

22 Junio 2010
Ningún empresario puede desear el mal a las personas que trabajan en su empresa. Lamentablemente los embates de la realidad, el rigor del día a día hace que muchos directivos releguen este tema para atender asuntos que estiman más urgentes, sostiene Alejandro Martí, de MP Consultores. No obstante son cada día más quienes consideran al factor humano como un componente estratégico para el éxito de la organización.

Muchas compañías entienden que la gente es el recurso más importante de las empresas, un activo intangible, responsable en gran medida de los éxitos o fracasos de ellas y buscan los medios para optimizarlo, porque la única ventaja competitiva permanente de una empresa, es la calidad de sus recursos humanos.

"En la medida en que la tecnología desplaza progresivamente al trabajo humano de las actividades rutinarias y mecánicas, la creatividad, iniciativa, discernimiento y decisión de los empleados son más necesarias. Estas cualidades sólo se manifiestan plenamente en la medida que las condiciones del lugar de trabajo lo permitan", indica el consultor. Algunas investigaciones muestran una apreciable correlación entre los resultados económicos de las empresas y el grado de satisfacción laboral de sus empleados. "Esto, que es importante para empresas que comercializan productos, lo es mucho más para empresas que prestan servicios en forma personal", acota Martí.

Mientras que en el primer caso, a través de una serie de controles se puede verificar si se cumplen los estándares de calidad antes de que el producto llegue al consumidor, en el segundo cuando se trata directamente con los clientes, la organización entra en contacto con el cliente. Al no haber inspectores de calidad, un error sólo puede ser evitado por el empleado, lo cual requiere una particular dedicación y esmero, que únicamente se aprenden con el ejemplo.

"La dirección de toda organización ejerce siempre una acción docente sobre su personal", puntualiza. Si a los empleados se los trata con desconfianza, ellos tratarán con desconfianza a los clientes. Si los empleados son tratados con respeto, ellos serán respetuosos y atentos con los clientes. Si los empleados son tratados despectivamente, el desprecio signará la forma de atención.

La clase de servicio que recibe un cliente difícilmente sea mejor que la clase de atención que el empleado recibe donde trabaja.

Pero ¿cómo podemos mejorar el clima organizacional que no conocemos? "El primer paso para saber donde estamos, será evaluar el mismo a través de una encuesta de clima dirigida al personal", señala Martí. Esto, por lo general, se constituye en el primer diagnóstico para que los ejecutivos distingan aquellos aspectos que los empleados valoran y aquellos que no, permitiendo a la dirección concentrarse en acciones efectivas evitando incurrir en esfuerzos o gastos con baja o nula repercusión en la satisfacción laboral. "Si hay niveles de confianza más altos, la gente coopera mejor y hay más capacidad de ser creativos e innovadores", sostiene Martí.

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