El hombre que sabía pesar el humo

El hombre que sabía pesar el humo

LA GACETA te invita a participar del ciclo "De qué escena de película te acordás". Hoy escribe Ricardo Reinoso. Video

ESCENA MEMORABLE. Uno de los protagonistas saca fotos de la misma esquina todos los días, a la misma hora. ESCENA MEMORABLE. Uno de los protagonistas saca fotos de la misma esquina todos los días, a la misma hora.
14 Junio 2010
El escritor entra a la tabaquería de Auggie Wren a comprar los cigarros holandeses que le gusta fumar y se queda a charlar un rato. Auggie y sus amigos lo desafían a hablar sobre "puros y mujeres". Entonces se despacha con una historia ocurrida siglos atrás. Cuenta que fue el explorador Sir Walter Raleigh, favorito de la reina Isabel I, quien introdujo el tabaco en Inglaterra. Pronto el hábito de fumar se puso de moda en la corte y en todo el país. El escritor sonríe. Conjetura que la reina debe haber compartido un par de puros con Sir Walter. Luego va al grano:
- Una vez él apostó que podía pesar el humo.
- No puedes hacer eso -objeta alguien-. Es como pesar el aire.
- Admito que es extraño. Casi como pesar el alma -reconoce el escritor-. Pero Sir Walter era un tipo listo. Primero tomó un puro nuevo y lo pesó en una balanza. Después se fumó el puro. Con cuidado fue poniendo las cenizas en la balanza. Cuando acabó, también puso la colilla. Lo pesó. Entonces restó ese número al del peso del puro sin fumar. La diferencia... era el peso del humo.
Todos quedan maravillados.
En la primera escena de la película "Smoke" (Cigarros), de Wayne Wang y Paul Auster, ya se anticipa una trama cruzada por historias, todas ellas narradas por singulares personajes, sobrevivientes de tragedias privadas, cuyos caminos se van cruzando. Gente común que intenta asumir las zancadillas que les pone el azar. Auggie toma fotos de la misma esquina todos los días a la misma hora, desde hace diez años, y las colecciona. El escritor, Paul Benjamin, vive traumatizado por la muerte de su mujer y tropieza con Rashid, un joven que deambula en busca de su padre. Una antigua amante de Auggie reaparece pidiendo ayuda para la hija de ambos, que es drogadicta.
La película es una pequeña joya, llena de escenas memorables, con personajes interpretados por un puñado de actores que transmiten emociones, fuman y contagian las ganas de fumar. Harvey Keitel, William Hurt, Forest Whitaker, Ashley Judd, Stockard Channing.
“Smoke evoca una sustancia que no se puede tocar -dice Auster-. Es una metáfora con la que se intenta transmitir lo que ocurre entre la gente”.
Es del año 1995. Ganó un premio en el Festival de Berlín. Una de esas obras que se pueden volver a disfrutar siempre, con el placer de la primera vez.

Ricardo Reinoso, Redacción de LA GACETA

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