La Madre Tierra hizo bailar a los carnavaleros en Amaicha

La Madre Tierra hizo bailar a los carnavaleros en Amaicha

Todo aquel que pasó por debajo de la enramada salió embadurnado con pintura. Hoy a las 10 se consagrará a la Pachamama 2010. Hay música y fiestas durante el día y la noche.

PURA DIVERSION. Un grupo de jóvenes, algunos manchados con pintura, bailan debajo de la enramada de la plaza mientras otros observan. GENTILEZA JULIO MARENGO PURA DIVERSION. Un grupo de jóvenes, algunos manchados con pintura, bailan debajo de la enramada de la plaza mientras otros observan. GENTILEZA JULIO MARENGO
14 Febrero 2010
Bajo la sombra entrecortada de las enramadas que embellecen los alrededores de la plaza, la Madre Tierra hizo bailar ayer a los miles de visitantes que, desde el jueves, colmaron la capacidad hotelera de Amaicha de Valle. Hoy, a partir de las 10, comenzará la ceremonia central de la 63 edición de la Fiesta Nacional de la Pachamama, una celebración que hace brillar esa alegría tan especial que posee a las almas durante el carnaval.
Desde las primeras horas de la mañana de ayer se avizoraba un clima de esos que sólo el valle de los 360 días de sol puede dar. Con pocas horas dormidas, los dueños de las pascanas (los puestos que se instalan en la plaza) descorrían las cortinas para comenzar a repulgar las empanadas o revolver el locro que deleita a los forasteros.
Otros sacaban las parrillas a la vereda para empezar con el asadito: "recién llegamos, parece que anoche estuvo lindo, por lo que se ve en las caras de los compañeros que recién se levantan", comentó José Ale mientras apantallaba los carbones en su asador.
"¿Quién será la nueva Pachamama?", se escuchaba por doquier. "Es secreto", contestaban otros. Es que, siguiendo la tradición, recién hoy se dará a conocer quién será la nueva representante de la Madre Tierra, cuando su séquito la acompañe adornada de flores y la invite a dirigir sus sabias palabras al pueblo.
El sol abrumador de la siesta amaicheña no asustó a nadie: con las caras pintadas de rojo diablo, las parejas empezaron a bailar bajo la enramada, al pie del escenario, como anticipando lo que vendría a la noche.
Zambas, chacareras y chayas encendían los cuerpos que jugaban a seducirse; la alegría masiva llegaba con los carnavalitos que invitaban a todos a entrelazar los brazos para bailar.
Nadie se salvó en el carnaval de la Madre Tierra: abuelas, niños, fotógrafos y periodistas... Todos terminaron embadurnados de espuma, agua, barro y pintura durante el baile para festejar al diablo que anda dando vuelta por los cerros del norte argentino. 
"Nadie se queja, todos vienen a divertirse y a compartir este momento que se da una sola vez al año", dijo Josefina Nieva, muñida de pintura negra en una mano y espuma en aerosol en la otra.
Los vasos de vino y cerveza seguían circulando entre manos desconocidas. No se puede decir que no en carnaval. Al caer el sol, algunos prefirieron volver a la casa o al camping para hacer una pausa y preparar el espíritu para la noche, que prometía ser más larga que la anterior.
Cómo y por qué se elige a la Madre Tierra
- Requisitos para ser Pachamama.- Para elegir la Pachamama, la representante de la Madre Tierra, no se busca solamente entre las mujeres de mayor edad del pueblo. Hay una serie de requisitos que deben cumplir. "Es fundamental que sea coplera, si no, no puede ser la representante. Segundo: tiene que ser una mujer lúcida y activa que esté al tanto de la problemática de los habitantes del pueblo", explicó Dante Fuensalida, presidente de la comisión organizadora de la Fiesta Nacional de la Pachamama. "Por ultimo, es necesario que ella esté de acuerdo, porque ya nos pasó una vez que la señora se subió al escenario y dijo que estaba ahí casi por obligación. Un papelón!", exclamó Fuensalida entre risas.
- La ceremonia.- Cuando surge el nombre de la mujer que ha sido elegida Pachamama, la Madre Tierra recibe los atributos y es montada en un trono de piedra cubierto con ponchos o en una carroza adornada, denominada aipa, que es tirada por un burro. En este solemne desfile la acompaña el Yastay (padre de los animales), el Pujllay (el Diablo) y la Ñusta, una bella joven de la comunidad que es elegida para representar los frutos de la tierra. Todas estas personalidades presiden el desfile de carrozas alegóricas, adornadas con guirnaldas y reveladoras que reflejan tradiciones muy antiguas de los pueblos vallistos.

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