La Universidad y los malentendidos

El martes, uno de los dos directores por la UNT en Yacimientos Mineros Aguas de Dionisio (YMAD), Rodolfo Campero, se quedó con su informe ambiental sobre Minera Alumbrera guardado en una notebook, sintetizado en un power point. La presentación de ese informe fue postergada por un "malentendido", según coincidieron el rector Juan Alberto Cerisola y el ex rector y también director de YMAD por la UNT, Mario Marigliano. Campero, en cambio, se enfureció por la postergación del informe sobre la política ambiental de Minera Alumbrera, con la cual YMAD mantiene una relación contractual. ¿Por qué se enojó Campero, que hasta le cortó el teléfono al propio Cerisola? Porque en la convulsionada UNT todo el mundo sospecha del vecino.
 Al rector Juan Cerisola le ha tocado administrar la Universidad pública que, por lejos,  más dinero maneja en esta década, en términos proporcionales, gracias a las regalías que llegan por la explotación minera de YMAD y Minera Alumbrera. Por ley (14.771), la UNT está obligada a usar parte de los fondos que le llegan por ese concepto en la construcción de su nueva "ciudad universitaria". Las actuales argumentan que el concepto de una "ciudad universitaria" como un espacio cerrado es viejo, y se abocaron a hacer obras de remodelación -o nuevas- en Horco Molle o en los edificios en los que ya están funcionando organismos y unidades académicas de la UNT. Todos los días, el rector  inagura una obra nueva con fervor de intendente. Hay que poder mostrar, para justificar gastos por $370 millones, más otros 70 que son "de libre disponibilidad" (más una suma respetable en concepto de intereses, se infiere). Cerisola dice que hasta el dinero "de libre ejecución ha sido puesto en obras". Pero mucha gente se pregunta, en la comunidad universitaria, si las obras ejecutadas hasta ahora son las que responden realmente a las necesidades de  una UNT que, efectivamente, necesitaba remozar su estructura edilicia. O si son parte de un reparto discrecional, sujeto a conseguir adhesiones para la reeleccción.
Se sospecha que uno de los motivos del malestar de Campero reside en que el ex rector ha interpretado que la UNT debe rendirle cuentas a YMAD sobre el modo en que invierte el dinero. Por lo pronto, Cerisola ya ha dado su opinión en contrario. Es probable que finalmente  sea el Consejo Superior -a través de los consejeros de la oposición- el que finalmente le pida a Cerisola una rendición de cuentas sobre lo ejecutado. No se descarta, tampoco, que al rector se le abra ahora otro frente motorizado por el anticerisolismo -el radicalismo antialperovichista- con respecto a la "necesidad" de recuperar el mando sobre Canal 10.
De todos modos, Cerisola no juega como líbero. Esta semana hubo en Tucumán, auditando la UNT, seis funcionarios de la Auditoría General de la Nación (AGD). Hay quienes afirman que esa visita fue  impulsada por el senador catamarqueño del PJ Ramón Saadi, ya que Catamarca, conducida por el cobista Eduardo Brizuela del Moral, es socia de la UNT en YMAD. Pero no se descarta que también haya alguna mano traviesa cercana al radicalismo -o propiamente radical- que haya apurado  la visita de los "hombres de negro". Sucede que el grupo al que Cerisola descabezó hace un mes, y cuya cabeza visible es José Hugo Saab, es una jabonería de Vieytes que trabaja en horario corrido, preparando la candidatura rectoral de María Luisa de Hernández, para las próximas elecciones.  Esta semana pasaron por Tucumán integrantes de la mesa directiva de la Conadu (H).  Vinieron a presenciar la sesión del Consejo en la cual se avaló la tutela sindical a una docente de Artes. Uno de ellos, que conoce palmo a palmo la realidad de cada una de las 39 universidades públicas de la Argentina, acercó esta reflexión: "en otras universidades, una interna como la que vivió la UNT hace un mes, cuando se partió la conducción, hubiera provocado un cisma. Pero aquí las cosas siguieron como si nada: es la diferencia entre una Universidad en la que no hay plata y otra en la que hay mucho dinero para repartir".