Viajó en moto desde Canadá hasta Tucumán

Viajó en moto desde Canadá hasta Tucumán

Paraba para cargar nafta, y muy pocas veces, para almorzar.

UNIO EL CONTINENTE. Jorge Mauricio Mitre en su BMW gris, con la que ya recorrió más de 17.000 km. LA GACETA / JORGE OLMOS SGROSSO UNIO EL CONTINENTE. Jorge Mauricio Mitre en su BMW gris, con la que ya recorrió más de 17.000 km. LA GACETA / JORGE OLMOS SGROSSO
24 Agosto 2009
No fue fácil tomar la decisión. Una cosa es marcar con una lapicera un mapa. Y otra cuestión es llevar a la ruta dos ruedas, un poco de equipaje y una gran ilusión: recorrer miles de kilómetros al aire libre para sentir en la piel los colores, aromas y sabores de todo un continente. A punto de cumplir 50 años, Jorge Mauricio Mitre decidió que ese sería su mejor regalo. Y se lanzó a la aventura.
El 12 de julio Jorge partió de su casa en Canadá, donde vive con su esposa y sus tres hijos adolescentes desde 2000. Este ingeniero santiagueño, que se crió y estudió en Buenos Aires, emigró a Norteamérica por cuestiones laborales. Con esta odisea, su objetivo fundamental es juntar dinero para  un programa de nutrición de Unicef. Para esto, abrió una página en internet (www.rockies2andes.com) en la que detalla el día a día de su viaje. Un link permite a los visitantes donar dinero.
"El viaje fue planificado; compré la moto, adopté todas las medidas de seguridad y tracé el recorrido. Por supuesto que sobre la marcha algunas cosas cambiaron", cuenta Mitre, que ya transitó 17.000 kilómetros con su BMW 650 Dakar.
Atravesó ciudades, playas, desiertos y montañas. Estuvo entre dos y cuatro días en cada país. "La idea no era quedarme, sino viajar siempre. Todos los días me levantaba a las 4.30. Después de llenar el sitio de internet, me subía a la moto y viajaba sin parar hasta las 6 de la tarde, cuando buscaba donde descansar", describe.
Hubo países que le llevaron más tiempo para recorrerlo. "En Estados Unidos estuve cuatro días y en México ocho, porque la moto sufrió un desperfecto. Centroamérica fue más rápido de atravesar, aunque perdí bastante tiempo en las aduanas", recuerda. Su paso por Ecuador y por Perú le llevó unos ocho días en total. Dos días tardó para andar por el norte de Chile y llegar al Paso de Jama. Cada vez estaba más cerca del país de sus amores: Argentina. Y la ilusión crecía. Su ideal se iba concretando.
Pasó por Jujuy, Salta y llegó a Tucumán el fin de semana. Después de visitar familiares, se fotografió frente a la Casa Histórica, uno de sus sueños. Luego partió a Santiago del Estero. Por estas horas, Jorge está en Necochea.

Compañera y testigo
Fue un viaje duro, pero lleno de adrenalina, confiesa Mitre. Su rostro revela los efectos de largas horas bajo los rayos de sol. El profundo azul de sus  ojos resalta emoción. "Argentina es mi país. Llegar hasta aquí desde Canadá fue una forma de unir América", describe, apoyado sobre su moto, que se convirtió en su compañera de aventuras y testigo de sus aciertos y errores, de sus momentos de felicidad y de tristeza. "Al principio extrañaba. Cuando tomé conciencia de la magnitud de lo que había emprendido, sentía que no iba a poder", explica.
Sólo se detenía a cargar nafta y, a veces, a almorzar. Eso sí, no dudaba en detener su inmensa moto gris de 100 kilos para concretar otra de sus pasiones: la fotografía. "Lo que más me emocionó fue el contacto con la gente. Hice un montón de amigos", detalla el aventurero.
De todo lo que vio, si tiene que elegir a qué lugar volvería no lo duda: el norte. "No conocía la Quebrada de Humahuaca ni los Valles. Quedé impactado. El colorido del paisaje es increíble, único en todo el continente", comenta. "Quise demostrarme que era posible soñar, que sólo se necesita la convicción", reflexiona al despedirse.

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