"La falta de un adversario mata la política"

"La falta de un adversario mata la política"

El sociólogo argentino autor de "La razón populista", afirma que una democracia debe ofrecerle a la gente la posibilidad de elegir. En diálogo con LA GACETA, el pensador opinó que el consenso puro lleva a un sistema de "pensamiento único".

EN TUCUMAN. El sociólogo fue distinguido con el título de doctor honoris causa en la Universidad San Pablo T. LA GACETA / ANTONIO FERRONI EN TUCUMAN. El sociólogo fue distinguido con el título de doctor honoris causa en la Universidad San Pablo T. LA GACETA / ANTONIO FERRONI
28 Mayo 2009
Desde que salió su libro"La razón populista", Ernesto Laclau ha pasado a ser "el" intelectual que defiende una concepción política que, en la coyuntura, está encarnada en el presidente venezolano Hugo Chávez, y que engloba en cierto sentido al kirchnerismo. ("Chávez es populista; y los Kirchner lo son a medias", opina). Laclau pasó por Tucumán, donde el martes recibió el título de doctor honoris causa de la Universidad San Pablo T. Antes, afirmó que el consenso en su forma más pura es una forma de muerte de la política.
"El populismo es una de las dos formas de construir la política. Hay una forma institucionalista, que absorbe las demandas individuales, separadas las unas de las otras; y hay otra que establece equivalencias entre las demandas, a través de las cuales se va constituyendo una identidad popular", afirmó el pensador.

- ¿Usted adhiere al populismo o define una categoría?
- Al populismo le estoy quitando el carácter peyorativo, como los cristianos hacían con la cruz. No creo que haya que hablar de populismo en términos positivos o negativos. Puede haber regímenes populistas de derecha y de izquierda. Hay populismo siempre que haya un discurso que divida a la sociedad en dos campos: los de arriba y los de abajo. Lo opuesto al populismo es el institucionalismo puro: las demandas individuales son absorbidas una a una por el aparato institucional del Estado.

- ¿Usted tiene un modelo de sociedad ideal?
- Tengo modelos ideales de mujer, pero no de política. Hay que verlo en cada circunstancia. De todos modos, creo que alguna variación interna de lo que se está dando en el kirchnerismo es hoy lo más sano para la democracia argentina.

- Da la impresión de que el país se ha polarizado...
- Siempre la política es una cuestión de crear fronteras internas en la sociedad. En la medida en que no se transforme en un absoluto, siempre tiene que haber una movilidad de las fronteras internas; pero siempre tiene que haber fronteras internas; de lo contrario, la política se transforma en un fenómeno de administración pura. Y cuando hay administración pura no hay política, y la gente pierde la capacidad de decisión.

- Es el concepto de la política en función de un adversario...
-Creo que la política muere de dos maneras: en primer lugar, si no hay un adversario, lo que siginifica que la gente no tiene capacidad de opción, y que se instaura un pensamiento único, que es una forma administrativista de terminar con la política; la segunda es que la opción política sea tan total que ya no haya resqiucios para movimientos alternativos. Y eso lleva al fascismo, o al comunismo. Creo que lo que se está dando en la democracia argentina es la existencia de esos resquicios. No estamos ni en un extremo ni en el otro. Creo que la democracia argentina es sólida; y que hay que ir creando fórmulas que permitan la alternancia. Si el kirchnerismo pierde la mayoría en el Congreso, tendrá que negociar.

-¿Cómo juega en su visión politica la categoría de consenso?
- Hay consenso siempre que una pluralidad de demandas se unan en una visión relativamente global. Ese tipo de consenso posibilita la convivencia democrática. Y pueden haber movimientos en una dirección o en otra. De eso se trata la democracia. Para que haya un juego político democrático, la gente tiene que poder elegir.

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