17 Octubre 2008
BUENOS AIRES.- La historia se repite. Alfio Basile se transformó en el tercer técnico que en los últimos cuatro años abandona el barco en mitad de la travesía, y dejó al seleccionado argentino a la deriva en plena competencia.
El primero que soprendió a propios y extraños fue Marcelo Bielsa. Después de haber clasificado con comodidad, defraudó en el Mundial de 2002, pero siguió piloteando el barco. Tocó el cielo con las manos cuando la Selección que dirigía ganó la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004. Después de haber conseguido ese logro histórico, se fue.
Lo sucedió José Pekerman, técnico que condujo sin grandes problemas al Mundial de 2006 y, después de la eliminación por penales ante el representativo local, anunció que no iba a seguir en el cargo.
Llegó Basile y su proyecto apenas si duró dos años. Los malos resultados que consiguió (14 triunfos, 8 empates y 6 derrotas) y la falta de identidad futbolística fueron las cargas que no pudo seguir llevando el entrenador.
En la memoria aún quedan grabadas las campañas que realizaron César Luis Menotti (dirigió al equipo que logró el título en Argentina 1978 y continuó en España 1982) y Carlos Salvador Bilardo (ganó México 1986 y fue subcampeón en Italia 1990). Basile, en su primer ciclo, llegó a Estados Unidos 1994, y Daniel Passarella, a Francia 1998. (Especial)
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