Cartas de lectores

DEFENSORIA DEL PUEBLO
Quiero responder la carta publicada el 12/8, firmada por la lectora Ana Cabbad, quien observó que en la Defensoría del Pueblo se utilizan lámparas incandescentes en lugar de las de bajo consumo. Asistiéndole la razón, he instruido para que se reemplacen todas las lámparas existentes en el organismo y que se coloquen las de bajo consumo. Comparto plenamente el concepto de que el Estado es el que debe dar el ejemplo en materia de ahorro de energía y preservación del medio ambiente, y en especial la institución que me toca dirigir, por lo que agradezco la observación efectuada por la lectora Cabbad y la invito a que concurra nuevamente a nuestras oficinas para que compruebe personalmente el cumplimiento de su sugerencia.



COTEJANDO PRECIOS
En la tarea de organizar la fiesta de mi casamiento, una tarde fui con mi novio a buscar precios de bebidas alcohólicas, tal cual lo sugieren cotidianamente las autoridades de la Dirección de Comercio Interior de la provincia. Curiosamente, cuando caminábamos por las góndolas de un supermercado muy conocido, nos increparon agentes de seguridad para que dejáramos de anotar, diciendo que había “normas internas” que lo prohibían, y en un descuido nos arrancaron la hoja de la libreta. Discutimos sobre el derecho que teníamos, pero recibimos respuestas groseras y malos tratos. Después de 40 minutos de intimidación, se acercó un encargado y dijo que el motivo por el cual no podía darnos la hoja era porque “los comerciantes de la competencia remarcan los precios de acuerdo con los precios que ellos exhiben”. En medio de su absurda explicación, logré sacarle la hoja en cuestión, por lo que de una manera brusca y grosera junto con los guardias de seguridad me gritaba que me vaya del comercio y que no iba a entrar más allí. Pedí el libro de quejas y casi a empujones nos corrieron del local. No sé si este hecho es irrelevante. Lo cierto es que fuimos tratados como delincuentes, por lo que realicé la denuncia ante las autoridades competentes. Espero que definitivamente pongamos un freno al mal trato de los fuertes contra los débiles (proveedor-consumidor).



CABALLOS MALTRATADOS
Los caballos que traccionan los carros de cirujeo son víctimas de maltrato, mala alimentación y explotación, y no se están cumpliendo las leyes que protegen a los animales. Hace unos días en avenida Francisco de Aguirre y Ejército del Norte, un caballo desnutrido y lastimado no pudo más con su marcha. El carro que tiraba estaba colmado de escombros y de basura. El animal fue brutalmente golpeado por un grupo de hombres que lo pateaban y lo acosaban a latigazos, con una total crueldad.  El animal estaba abatido y sólo le causaban más sufrimiento y dolor. Sumado a esto, impedía el paso de los vehículos, ya que el carro se encontraba en medio de la la avenida. Me paré para impedir ese maltrato y fui insultada por esa gente. A unos pocos metros circulaban efectivos de la Policía, que no hicieron nada. Creo que estos deberían haber hecho cumplir la Ley 14346 (protección animal) o, por lo menos,  solucionar el caos vehicular que se vivía en esos momentos. Los dueños de estos animales, que si bien se sabe es su único recurso económico, sumado a los planes trabajar, deberían ser concientizados. Es importante saber que el animal no tan sólo sufre el maltrato de parte de esta gente. Muchos de los carros son conducidos por menores de edad, que agrega otro incumplimiento de las leyes de tránsito. Así como cada conductor de vehículos debe tener los papeles al día o es multado, tendría que haber algún control para la gente que utiliza carros de tracción  a sangre para subsistir.


JUICIO(I)
Promediando la década del 70, Tucumán fue el centro de la guerrilla que asoló a la Argentina. ¿Qué tucumanos de aquella generación pueden olvidarlo? ¿Hubiera sido posible la democracia en el país, si el violento accionar de los jóvenes idealistas hubiera triunfado? Desde hace más de cuatro años, protagonistas y voceros de este flagelo, cuyos métodos eran las bombas, los secuestros y los asesinatos, promueven e impulsan juicios a los que el Gobierno democrático de entonces, mediante decreto presidencial, ordenó “aniquilar la subversión” para preservar las instituciones de la república que estaban siendo atacadas. Hoy, muchos “idealistas” detentan altos cargos en el Gobierno y el resto goza de absoluta impunidad, a pesar de que -sirva como ejemplo- existe un pormenorizado y frío relato del secuestro y ejecución de un teniente general de la Nación. Como lo expresa el general a quien hoy se juzga, y al que no le asisten los derechos humanos por su edad y condiciones físicas, Tucumán es un archivo viviente de lo sucedido en aquella época. Revisar el pasado recortando la memoria , y promoviendo odios y venganzas, conducirá a profundizar heridas y a la división de argentinos. ¡Qué distinto sería si ese mismo afán se pusiera para diseñar y construir un futuro de paz para todos!



JUICIO (II)
Con mis años vividos, no recuerdo nunca haber visto la guerra de la que hablan; nunca dejamos de trabajar ni de mandar a nuestros hijos a estudiar porque haya ocurrido un hecho así. Sí es bueno recordar que en los años 70, los jóvenes que estudiaban y soñaban con una carrera, con una profesión, eran sacados de sus facultades o de sus domicilios  (parecía que el hogar era una guarida) y desaparecían. Eran torturados por Bussi y sus cómplices que veían una guerra en los hogares y arrancaban del vientre de sus madres a subversivos, un bebé que no había llegado al mundo aún. Si bien es cierto que ninguna condena nos devolverá lo que nos quitó, Bussi debería tener la grandeza de reconocer el daño que causó, y saber pedir perdón. Dios es tan grande en su misericordia que seguramente también lo perdonará. Y felicito al gobierno que, lejos de confrontar, busca traer un poco de justicia por todas las vidas que arrancaron como si hubieran sido los dueños de ellas, y un poco de paz a los que todavía lloramos por no saber siquiera dónde homenajear con una flor a quienes  sacaron de sus camas, en las madrugadas, pateando puertas y rompiendo ventanas, no en un monte como quieren justificar con las lágrimas de su conciencia.



SIN AGUA
Queremos denunciar públicamente, una vez más, la falta de agua en el barrio 103 Viviendas de Villa Carmela, problema del que nadie se hace cargo. El 29/7 escribí una carta -que se publicó en esta sección- manifestando lo mismo y tuvimos agua durante dos días seguidos, pero luego se volvió a cortar. El domingo, Día del Niño, no se prestó ese servicio durante toda la jornada. El lunes hubo agua desde las 11 de la mañana hasta las 13; el martes, desde las 15 hasta las 19; el miércoles, desde las 19.30 hasta las 22 horas. Tememos que estos cortes se prolonguen y que sigamos sin agua, con las graves secuelas que  esto representa para la salud del vecindario.