14 Febrero 2008
PROYECTO. Dos perspectivas de accesos al CCT que forman parte de la carpeta que se le entregará a Barañao.
El rector de la UNT, Juan Cerisola, el presidente del Conicet, Eduardo Charreau, el secretario de Ciencia y Técnica de ese establecimiento, Daniel Campi y el presidente del directorio del Centro Científico Tecnológico (CCT), Faustino Siñeriz, le plantearán mañana al ministro de Ciencia y Tecnología de la Nación, Lino Barañao, la necesidad de que el Polo Tecnológico Tucumán sea una cuestión de Estado para la Nación. Barañao vendrá a Tucumán el 27 de este mes, invitado por la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres.
Así como el Centro Científico Tecnológico incluye a la UNT y a todos los organismos del Conicet en Tucumán, el Polo sumaría en una segunda etapa a la Provincia de Tucumán, con la mira en la concentración y desarrollo de ciencia y tecnología aplicada en ese ámbito. Está previsto que la obra civil del CCT y del Polo Tecnológico - en Finca el Manantial, propiedad de la UNT- estarán a cargo del Ministerio de Infraestructura de la Nación. Se estima que para su ejecución se requerirán alrededor de $60 millones. Se prevé que la ejecución de la obra arrancará a fines de este año o comienzos de 2009.
En diálogo con LA GACETA, el doctor Siñeriz destacó la importancia de las dos “patas” del ambicioso emprendimiento científico -tecnológico.
“En Tucumán, si se suman la producción de la UNT en Microbiología, más la de los institutos que dependen del Conicet, se concentran los desarrollos más importantes de la Argentina en materia de microbiología aplicada”, destacó el científico del Proimi (Planta Piloto de Procesos Industriales Microbiológicos). No obstante, insistió en que la propuesta del CCT y del Polo es una idea multidisciplinaria, en la que se prevé que confluya la investigación de las más diversas ciencias, incluidas las Sociales, desde el flamante Instituto Superior de Estudios Sociales (ISES), o las potencialidades que brinda el prestigioso departamento de Luminotecnia de la UNT.
“En el Polo no sólo visualizamos empresas biotecnológicas; también visualizamos el desarrrollo de software. Pero no una empresa empacadora de limón. Estamos hablando de empresas de base tecnológica, para trabajar en forma conjunta con la Unidad de Negocios de la UNT, y estimulando la formación de incubadoras de empresas”, apuntó Siñeriz.
Repatriados
El científico también enfatizó que del directorio del CCT -al que definió como “un órgano de coordinación de acciones”- dependerá todo el personal del Conicet, sean investigadores, becarios o personal técnico, así como el personal de la UNT que se integre a ese espacio.
Por su parte, el secretario de Ciencia y Técnica de la UNT, Daniel Campi, dijo a LA GACETA: “tanto el rector como todos los que integramos esta gestión queremos que el ámbito del CCT se convierta en espacio de captación para investigadores de distintas partes del país, y para aquellos que están en el extranjero, y que hasta ahora no pudieron insertarse nuevamente en el sistema universitario y científico argentino”. “Es una asignatura pendiente que tenemos desde la Universidad, que a lo largo de su historia ha desarrollado masa crítica de excelencia, pero no ha podido, o no ha sabido, contenerla”, destacó Campi.
Así como el Centro Científico Tecnológico incluye a la UNT y a todos los organismos del Conicet en Tucumán, el Polo sumaría en una segunda etapa a la Provincia de Tucumán, con la mira en la concentración y desarrollo de ciencia y tecnología aplicada en ese ámbito. Está previsto que la obra civil del CCT y del Polo Tecnológico - en Finca el Manantial, propiedad de la UNT- estarán a cargo del Ministerio de Infraestructura de la Nación. Se estima que para su ejecución se requerirán alrededor de $60 millones. Se prevé que la ejecución de la obra arrancará a fines de este año o comienzos de 2009.
En diálogo con LA GACETA, el doctor Siñeriz destacó la importancia de las dos “patas” del ambicioso emprendimiento científico -tecnológico.
“En Tucumán, si se suman la producción de la UNT en Microbiología, más la de los institutos que dependen del Conicet, se concentran los desarrollos más importantes de la Argentina en materia de microbiología aplicada”, destacó el científico del Proimi (Planta Piloto de Procesos Industriales Microbiológicos). No obstante, insistió en que la propuesta del CCT y del Polo es una idea multidisciplinaria, en la que se prevé que confluya la investigación de las más diversas ciencias, incluidas las Sociales, desde el flamante Instituto Superior de Estudios Sociales (ISES), o las potencialidades que brinda el prestigioso departamento de Luminotecnia de la UNT.
“En el Polo no sólo visualizamos empresas biotecnológicas; también visualizamos el desarrrollo de software. Pero no una empresa empacadora de limón. Estamos hablando de empresas de base tecnológica, para trabajar en forma conjunta con la Unidad de Negocios de la UNT, y estimulando la formación de incubadoras de empresas”, apuntó Siñeriz.
Repatriados
El científico también enfatizó que del directorio del CCT -al que definió como “un órgano de coordinación de acciones”- dependerá todo el personal del Conicet, sean investigadores, becarios o personal técnico, así como el personal de la UNT que se integre a ese espacio.
Por su parte, el secretario de Ciencia y Técnica de la UNT, Daniel Campi, dijo a LA GACETA: “tanto el rector como todos los que integramos esta gestión queremos que el ámbito del CCT se convierta en espacio de captación para investigadores de distintas partes del país, y para aquellos que están en el extranjero, y que hasta ahora no pudieron insertarse nuevamente en el sistema universitario y científico argentino”. “Es una asignatura pendiente que tenemos desde la Universidad, que a lo largo de su historia ha desarrollado masa crítica de excelencia, pero no ha podido, o no ha sabido, contenerla”, destacó Campi.