El Mercosur espera el aporte de Lula

La apertura de sus fronteras para el mercado de trabajo, dio el paso más importante de su trayectoria. Cuatro expertos y un empresario dieron su opinión a LA GACETA.

10 Noviembre 2002
El viejo sueño integrador transita un momento difícil. Más lento que lo esperado, incluso con retrocesos, el Mercado Común Sudamericano (Mercosur) sobrevive al ritmo de las crisis y los problemas de sus principales socios. Pero sobrevive. No puede considerarse que el Tratado de Asunción esté en vía muerta, y lo demuestra la decisión de abrir las fronteras internas para el mercado del trabajo y la libre inmigración. A partir del Mercosur, y no obstante los vaivenes que tuvo el bloque, aumentó el comercio intrarregión y se acrecentaron los flujos de capitales hacia los países socios.
Sin embargo, resultados positivos como estos han tenido también su contrapartida en hechos negativos, producto de las políticas autónomas y poco claras que realizaron los socios, en especial la Argentina y Brasil. Ello aumentó los riesgos entre los miembros, debido, entre otras cosas, a las políticas monetarias irresponsables de los bancos centrales de cada uno de los países, que repercutieron en los demás. También incidieron las devaluaciones con fines competitivos y las guerras de incentivos para atraer inversiones.
Es que ahora, dada la interdependencia, cada iniciativa política de cualquiera de los miembros afecta proporcionalmente a los otros mucho más que antes de la conformación del grupo, como lo señala el experto de la Universidad de La Plata Jorge Carrera.

Varias veces en la picota
Ante estas circunstancias, durante los 11 años de vida del Tratado de Asunción, en la Argentina se puso muchas veces en tela de juicio el Mercosur: se cuestionó si se mantenía o no el statu quo; si se retrocedía en la integración o se cooperaba para estar más seguros de las acciones del otro.
Con la globalización como hecho irreversible, la mayoría de los expertos coincide en que sólo queda el camino de fortalecer y acrecentar el bloque sudamericano. En esa línea, con algunas diferencias -aunque no de fondo-, opinaron para LA GACETA diversos especialistas. Desde San Pablo, Brasil, lo hizo Gabriel Scrimini. En Mar del Plata, a nuestro enviado especial al Coloquio de IDEA, lo hicieron la ex diputada nacional y experta en Comercio Exterior, Beatriz Nofal, el ex secretario de Coordinación Económica y ex ministro de Educación, Juan Llach, y el presidente de Arcor, Luis Pagani. De visita por Tucumán también habló el investigador de historia económica de la UBA Andrés Musacchio.
Llach afirma que el próximo gobierno debe armar una estrategia genuina de inserción de la economía argentina en el mundo y fortalecer el Mercosur. En esa tesitura estima que con "Lula" se abre una oportunidad interesante, por ser el futuro presidente de Brasil "muy pro-Mercosur".
Desde la Argentina, advierte Llach, se debe tomar muy en serio la negociación con el ALCA, con la Unión Europea, y hasta con Asia ("el futuro gran socio que debe buscar la Argentina, por su crecimiento"), pero siempre desde el Mercosur.
Musacchio, el más cauteloso quizás sobre la conveniencia de la integración del Cono Sur, considera que la intención brasileña de ampliar y profundizar el Mercosur dependerá en buena medida de la actitud de la Argentina. "El país no puede abrirse totalmente al mundo, pero menos aún puede cerrarse. Lo que tiene que realizar es una política prudente y que le resulte provechosa en el tiempo", señala el investigador.

"Estamos iguales"
Scrimini, que reside desde hace siete años en San Pablo, resaltó que hasta diciembre de 2001 el mayor obstáculo para el crecimiento de las relaciones entre los principales socios del Mercosur era la diferencia cambiaria (sistema fijo en la Argentina, y flotante en Brasil). "Hoy esa traba ya no existe, estamos iguales", explica. Scrimini confía en la fuerza que imprimirá "Lula" al comercio interregional.
También Nofal es optimista sobre la influencia que puede tener "Lula" en el Mercosur y considera que la Argentina debe renovar su apoyo al mercado común.Pagani, titular de la principal empresa nacional, que coloca el 20% de su producción en el mercado brasileño, estima que el Mercosur fue un buen negocio para la Argentina.
Con la experiencia positiva de Arcor, el empresario dijo que los 170 millones de brasileños "que están a dos horas de avión", constituyen un mercado potencial notable. Indicó que el 50% de esa población consume, y el otro 50% está con expectativas de consumir. Cree además que con "Lula" el Mercosur se abrirá y tendrá más fuerza, y advierte que en el futuro hay que pensar en una moneda regional.
"Tener a Brasil de socio nos da más fuerza para negociar con la primera potencia del mundo, y si con eso al vecino le aumenta el consumo, mejor para todos nosotros", sentenció Pagani.

El paso más importante en 11 años


PERMISO.- Desde su creación, el Mercosur no había dado un paso adelante de tanta trascendencia como el de permitir el libre tránsito y residencia de todos sus habitantes.

AHORA SON SEIS.- De paso, la medida acordada no sólo fue aprobada por los cuatro socios fundadores del Mercosur (Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay), sino también por Chile y Bolivia, quienes ingresan en la práctica al mercado común sudamericano.

LIBRE TRANSITO Y RESIDENCIA.- Cuando el 6 de diciembre los presidentes de los seis países ratifiquen el acuerdo firmado en la XII Reunión de Ministros del Interior del Mercosur, los argentinos, brasileños, uruguayos, paraguayos, chilenos y bolivianos podrán circular o instalarse en cualquiera de los países firmantes. Gozarán de los mismos derechos civiles que los ciudadanos nativos. Serán ciudadanos del Mercosur.

DESAPARECEN LOS ILEGALES.- En forma paralela, desaparecerá la categoría de inmigrantes ilegales para todos los ciudadanos de los países del bloque. Se estima que hay más de 300.000 argentinos ilegales en los otro cinco países. En nuestro país residen alrededor de 2,6 millones de inmigrantes de sus cinco países socio. Tan sólo hay 20.000 brasileños.

REQUISITOS.- Para que un argentino pueda residir en otro país del Mercosur (o viceversa), sólo necesitará mostrar un certificado de buenos antecedentes, pasaporte válido, certificado de nacimiento y certificado de salud.

POR DOS AÑOS.- La residencia será otorgada por dos años y después podrá ser renovada para convertirse en permanente. En este caso, el único requisito será la presentación de un comprobante de trabajo o de medio de subsistencia.

NO AL TRABAJO ESCLAVO.- Sus defensores consideran que el acuerdo concretado permitirá combatir el trabajo esclavo y beneficiará a los argentinos, que no tendrán que competir contra un inmigrante ilegal al que el empleador le paga menos por ser ilegal.

IGUALDAD DE DERECHOS.- Todos los habitantes del Mercosur gozarán de los mismos derechos laborales y podrán aportar para el sistema jubilatorio. En este caso se aprobaría un sistema que permita la transferencia de aportes de un país a otro.

DOS QUE HACEN PUNTA.- En la Argentina y en Chile la nueva legislación regirá desde el 6 de diciembre. Los otros países deberán reglamentar la ley en sus congresos.

La unión económica de América del Sur


QUE ES.- Espacio geográfico de casi 12 millones de km2. Su población supera los 200 millones de habitantes, y su Producto Bruto es de U$S 700.000 millones. De allí su importancia como mercado regional. La condición global del Mercosur es mantener vínculos comerciales y de inserción en el mercado mundial.

OBJETIVO MARCO.- Es lograr un mercado común, lo que implicaría una unión aduanera con libre circulación de los bienes, servicios, personas, capitales y reglas de competencia comunes. Es el caso actual de la Unión Europea, según señala Martín Morgante.

BUSCANDO SOCIOS.- El acuerdo con Chile (1996) es parte esencial de la densa agenda externa del Mercosur. Su entorno actual plantea desafíos y oportunidades. Uno de los aspectos del desarrollo económico como proceso para los países es medir su crecimiento por medio del Producto Bruto. Chile descubrió que la salida hacia el Atlántico le podía permitir ganar mercados del tipo europeo africano y, a la vez, ser socio del mercado común sudamericano.

DE INTERES PARA TUCUMAN.- Brasil, tiempo atrás, solicitó a la Argentina el ingreso de azúcar sin aranceles, lo que significó una nueva controversia en el Mercosur. Existe la voluntad política de la Argentina de no profundizar en el conflicto y de evitar que dañe el normal desenvolvimiento del Mercosur y sus instituciones.

SOLUCIONES PARCIALES.- Desde la puesta en marcha de la unión aduanera imperfecta en 1995, los problemas en el bloque sólo tuvieron soluciones parciales. A la voluntad de relanzar el Mercosur, a través de políticas económicas, es necesario agregarle la búsqueda de una integración regional plena. Deben reconocerse también los problemas sociales más agudos en el área y el compromiso de la erradicación de la pobreza y de todas las formas de discriminación.

PUNTO DE VISTA I

La alianza justa para enfrentar el mundo

Por Beatriz Nofal.
Economista - catedrática.
Ex consultora del BID y del Banco Mundial.
Ex diputada nacional (renunció a su banca).

El Mercosur es la mejor alianza estratégica que tenemos para enfrentar los desafíos de la globalización y aprovechar las oportunidades que de ella emanan. Los desafíos tienen que ver con la volatilidad del ingreso de capitales, como pasó después de la crisis en Asia y de la moratoria de la deuda en Rusia; esto explica la crisis que se suscitó en Latinoamérica.
Pero al Mercosur hay que fortalecerlo, porque está estancado. El mercado común tuvo un gran impulso en la primera parte de los 90 hasta 1997, y cuando la región entró en crisis, hasta retrocedió.
Para consolidar el Mercosur se necesita diagramar un programa de mercado único abierto al mundo, como lo hizo la Unión Europea. Se deben eliminar todas las barreras no arancelarias entre sus socios y asegurar el acceso a los distintos mercados. Es imprescindible avanzar en la coordinación macroeconómica para estabilizar las economías de la región, como limitar el déficit fiscal y el endeudamiento, para diferenciarse del resto de los países emergentes. Por esa vía podremos evitar caer en problemas de shocks como el caso de la volatilidad de ingresos de capitales.
En Europa, después de Maastricht, no hubo salida de capitales para Latinoamérica porque no hubo certeza en el funcionamiento de sus economías (caso de la Argentina). Así, en nuestro país, sobrevino una recesión que se transformó en depresión y, por problemas políticos, se terminó en un colapso.
"Lula" tiene voluntad de fortalecer el Mercosur y como su país es nuestro principal mercado de destino, junto con él podremos luchar con más fuerza para terciar en el ALCA, en la UE y hasta en el Asia. El impacto del gobierno de "Lula" en el Mercosur dependerá de lo que pase económicamente en Brasil y del cumplimiento de ese país con sus compromisos.

Economías regionales
La estrategia exportadora, en forma individual o vía Mercosur, es la salida para recuperar el crecimiento, pero si es una prioridad debe reflejarse en la asignación del gasto, a nivel nacional, provincial y municipal.
Tucumán y otras provincias también tienen que tener sus propias prioridades de gastos y deben tener sus propias agencias de exportación. Para alentar la producción regional con vistas al comercio exterior, será imprescindible apoyar a las PyME en todos los niveles. (Exclusivo para LA GACETA).

PUNTO DE VISTA II

Será mejor actuar juntos que separados

Por Gabriel Alexis Scrimini.
- Economista tucumano radicado en San Pablo,Brasil.
- Portfolio Manager de Eurovest Global Securities.
A nivel de negociación con el ALCA, con la Unión Europea (UE) y con el resto del mundo, será mejor para la Argentina y Brasil hacerlo en forma conjunta, por el tamaño que adquiere la economía. En particular con el ALCA. que es una variable que los dos países sudamericanos deben tener en cuenta, siempre y cuando se negocien bien los términos de lo que le conviene a uno y a otro. De todas maneras, es mejor actuar juntos que separados.
A la Argentina, por un lado, le convendría ir junto con Brasil porque este país tiene una posición muy fuerte con relación a los EE.UU. (también con la UE), con respecto a las trabas de las tarifas arancelarias de los productos primarios. Sola, la Argentina no tiene tamaño ni fuerza para levantar la voz. Nunca lo hizo.
Brasil se juega más. Esa política se acentuará con "Lula". Este tiene la idea que si hay ALCA será para conveniencia de los dos grupos. Brasil no hará ningún tratado si los integrantes del ALCA no bajan aranceles de los productos primarios como soja, trigo, y todo lo que exporta a los EE.UU.
Brasil tiene productos primarios como el azúcar que tienen subsidios internos por el alcohol en lo que la Argentina (y en especial Tucumán) estaría desfavorecida y no tendría cómo cubrirse.

Lo más conveniente
Tanto para la Argentina como para Brasil lo mejor sería: 1) negociar juntos; 2) lograr alguna homogeneidad de políticas industriales y agropecuarias internas para que puedan tener las mismas condiciones de competir internamente en el Mercosur y en el momento de negociar con el ALCA.
"Lula" será más duro en el sentido de que no hará ningún tratado de libre comercio si no le conviene a su país. Esto beneficia a la Argentina, porque Brasil es un país grande y si se pone duro le daría muchos réditos a su principal socio del Mercosur.
La Argentina perdería con Brasil en estas situaciones: 1) si no llega a un consenso sobre subsidios internos para colocar los productos con igual competitividad; 2) si va al ALCA por separado, si bien podría sacar beneficios puntuales como con el caso del azúcar, no lograría las ventajas macro con otros productos.
Poniendo en la balanza los pros y los contra, a la Argentina le conviene negociar conjuntamente con Brasil. (Exclusivo para LA GACETA)

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