Resolver un caso complejo es como armar un rompecabezas que tiene sus piezas desparramadas. El fiscal Ignacio López Bustos comenzó a acomodarlas y surgió una tenue luz en el oscuro caso del crimen de Chacabuco 59. Una joven que alquilaba una habitación en ese lugar quedó aprehendida. Descubrieron que tenía el Documento Nacional de Identidad (DNI) y la tarjeta de débito de la propietaria del inmueble que sería la víctima del homicidio más misterioso de los últimos tiempos.

El viernes, un albañil que realizaba tareas comenzó a sentir un olor nauseabundo. Descubrió que en una cisterna había un cuerpo y llamó a la Policía. En cuestión de minutos, el lugar se llenó de efectivos policiales. El cuerpo estaba en tan avanzado grado de descomposición que ayer recién se confirmó que se trataba de una mujer y que tuvo una muerte violenta.

Las estimaciones de los peritos daban cuenta de que el cadáver llevaba dos meses en ese lugar. Ese era el tiempo aproximado que la propietaria de la vivienda había sido vista por última vez. Por ese motivo, los pesquisas sospechan que el cuerpo es de Laura Gabriela Picciutto (48 años). La confirmación de su identidad llegará únicamente a través de una pericia genética que podría llevar varias semanas.

La mujer, según confirmaron fuentes judiciales, estaba distanciada de sus familiares y, por los incidentes que habría protagonizado en los últimos tiempos, no era querida en el vecindario. Ese es uno de los principales motivos por los que nadie denunció su desaparición.

Los primeros pasos

Personal de Homicidios, al mando de los comisarios Adrián Moreno, Diego Bernachi y Jorge Dib, comenzaron a recabar información sobre todo lo referido a la vida de la dueña de casa. Descubrieron que la propiedad era de su ex esposo. En un conflictivo juicio de divorcio, cuando se repartieron los bienes, ella consiguió quedarse con el inmueble porque ese sería el lugar de residencia de la hija que tenían en común. Pero la pequeña, sin que se supieran los motivos, terminó viviendo con su abuela materna, en una ciudad del interior de la provincia. Por esa razón, el hombre desde hace bastante tiempo venía haciendo trámites para que la casa pudiera ser vendida.

Los investigadores descubrieron que la mujer alquilaba una especie de departamento que estaba en la parte superior de la vivienda y varios locales comerciales. También encontraron otro dato de suma importancia para la causa. Había mantenido conflictos con varios inquilinos. Y faltaba un dato más: los vecinos indicaron que las dos parejas que vivían en esa casa, cargaron parte de sus pertenencias y se marcharon del lugar uno o dos días antes de que el cuerpo fuera hallado.

Allanamiento

El fiscal López Bustos, con toda esa información, logró que un magistrado autorizara cuatro órdenes de allanamientos. Los lugares elegidos fueron de personas que habían estado relacionadas con Picciutto.

Una medida se realizó en la casa de la ex pareja. Los policías fueron a buscar el celular del hombre. Otra en la casa de una peluquera que le alquiló durante un tiempo un local, pero que se retiró luego de tener un grave problema con la propietaria. En ambos casos los pesquisas secuestraron los celulares y oficialmente se les informó que estaban siendo investigados.

La tercera medida se concretó en la casa de uno de los inquilinos que se habían marchado misteriosamente del lugar y donde también se llevaron el teléfono móvil del joven y se le avisó que sería investigado. El cuarto y último allanamiento se desarrolló en la casa de otra de las arrendatarias del departamento de Chacabuco 59. También fueron a buscar su celular, pero terminaron encontrando el DNI y una tarjeta de débito de Picciutto y una remera que tendría manchas de sangre. López Bustos ordenó su aprehensión y tiene hasta el mediodía del miércoles para definir su situación procesal. “Hay que esperar, porque es probable que la sospechosa haya encontrado esos elementos y se los quedó por alguna razón en particular”, explicó un investigador.

Los pesquisas están tras los pasos de los otros dos arrendatarios que aún no fueron identificados.

Relación

Los vecinos de Chacabuco primera cuadra calificaron como “raros” a las dos parejas que arrendaban el departamento. “Eran medios hippies. No le conocíamos un trabajo. Sólo sabemos que andaban en bicicletas, patinetas y que tenían problemas de adicción”, explicó María Laura Herrera, que vive cerca del lugar donde se registró el crimen. “¿Si sabía que la dueña tenía problemas con ellos? En realidad los tenía con todo el mundo”, añadió la mujer.

Los investigadores, con el correr de las horas fueron sumando evidencias para tratar de esclarecer el caso. Los allegados y vecinos señalaron que Picciutto también podría haber tenido problemas de adicción. “Las últimas veces que la vimos, tenía un aspecto de abandonada. No se bañaba y la ropa que tenía estaba sucia. Varios dueños de comercio tuvieron problemas porque ella se presentaba en los locales con intenciones de probarse prendas y ellos no querían”, relató Hugo, portero de un edificio de la zona.

Sin que nadie lo esperara, el consumo problemático de sustancias volvió a aparecer en la escena del crimen. Con el correr de las horas, la posibilidad de que este haya sido otro crimen por cuestiones vinculadas a drogas cobra fuerza.