El regreso de Inés Pereira, la protagonista de Tuya

Historia que retrata las transformaciones socioculturales de nuestro tiempo

Novela
El tiempo de las moscas
Claudia Piñero
(Alfaguara - Buenos Aires)

Quince años después, el portón de la cárcel se cierra e Inés Pereira vuelve a respirar la calle, “una vez más Inés nace desnuda”. Así regresa el personaje que protagonizó en 2005, Tuya, de Claudia Piñeiro.

Una mujer que se reinventa, será Inés Experey; otra identidad después de haber asesinado a Charo por prácticas infieles con su marido.

Tendrá un nuevo oficio: fumigadora. Amiga de la Manca, ex presidiaria, reciente detective privado, a quien suele ayudar en alguna tarea en su agencia de investigaciones, sobre todo para situaciones de infidelidad.

La historia adquirirá otros rumbos imprevistos cuando la Sra. Bonar, clienta de Inés, le entrega un sobre con dólares para que le consiga un insecticida para matar a la amante de su marido. Inés podrá tomarse un tiempo para pensarlo, en tanto la Manca, práctica y racional, le dice que la necesidad “no sé si tiene cara de hereje”.

Simultáneamente, una mosca se mueve alrededor de sus ojos, mientras el texto interactúa con otro que remite a la muerte del insecto como un modo de definir/se a través de la escritura de Marguerite Duras.

Se cruzan mundos íntimos de clientas; espacios de errores, alegrías, miserias que despellejan los cuerpos, pero están las palabras que son las más propicias para adquirir conocimientos, ensamblados a la novela por una suma de artículos  acerca de las moscas y su vida sexual  en un marco fronterizo con el humor, lo irónico, lo paródico, sumados a  los acertados epígrafes de Medea sobre la discordia entre los seres humanos.

© LA GACETA

LILIANA MASSARA


La odisea de un niño en el centro de Africa

Libro nominado al Booker Prize del Nobel de Literatura 2021
Novela
Paraíso
Abdulrazak Gurnah
(Muchnik - Barcelona)

Paraíso expone lo bello y monstruoso que esconde la humanidad. Yusuf, el protagonista, es un niño swahili que tiene extraños sueños, y que será vendido por su padre a causa de deudas contraídas, a los doce años. Él cree que este comerciante es su tío Aziz. El pequeño emprenderá el primer viaje de su vida, en tren, y durante el trayecto tendrá una premonición. Al llegar conoce a Khalid, otro chiquito esclavo; cuida de la tienda del supuesto tío, del huerto amurallado, y de un campo verde con cuatro arroyos. En el jardín, su lugar favorito, amores secretos consumen a los protagonistas. Observa y espía a la mujer del amo, se desvela por la criada, y en el aire se filtran cuentos del mundo ajeno: la I Guerra Mundial y África del este en crisis. En la novela aparecen los europeos, indios y alemanes en roles nefastos y el autor se vale de elementos narrativos del Corán que nos acercan al detrás de esta novela: desafiar los discursos maniqueos construidos por el colonialismo. En Paraíso se mencionan también los tipos de esclavitud: la que practicaron los árabes, la que realizaron los africanos, la que sufre Amina, confinada y obligada a un matrimonio forzado. La de Yusuf.

Las visiones del futuro aterrador, llevarán al niño a elegir su camino.    Nuevamente Gurnah nos alerta sobre una realidad que, a pesar de los años, no termina.  

© LA GACETA

MÓNICA JUÁREZ ROBLES


El renacentista que se negó a publicar su obra

La vida del inspirador del Olivera de Rayuela

Biografía
Fredi Guthmann
Natacha Guthmann
(Letemendia - Buenos Aires)

Fredi Guthmann ha sido uno de los hombres más secretamente interesantes y polifacéticos de la Argentina, un espíritu renacentista y clandestino, al punto de que se negó a publicar su obra. Poeta, escritor epistolar, fotógrafo, viajero y enamorado de la India -entre muchos otros países donde vivió- fue allí donde, en sus últimos años, maduró ese profundo anhelo espiritual que lo guió durante toda su vida, a través de dos grandes maestros a quienes conoció, junto con su mujer: Ramana Maharshi y Sai Baba. Amigo de grandes artistas y escritores en todo el mundo, entre los argentinos cultivó asidua y generosamente ese vínculo con Miguel Ángel Bustos, Rafael Felipe Oteriño y Julio Cortázar. Sin embargo, como narra su esposa -Natalia Czernichowska (Natacha), nacida en Odessa, Ucrania, autora del libro realizado como un homenaje póstumo- Cortázar, cuando Guthmann comenta su encuentro con la mística hindú, siente una suerte de alejamiento, aunque, desde luego, expresado con admiración: “He tenido con todo -le escribe, dedicándole un poema, a través de unas líneas conmovedoras- una enorme alegría. Por usted, por saberlo tan en paz y tan sereno. Su carta transmite una impresión de serenidad como sólo lo dan los sentimientos místicos extremos, esos donde el lenguaje, sino voz en estado de pureza, transmisión directa del balbuceo. Qué literario suena todo esto, Fredi, perdóneme esta retórica que oculta lo que en verdad me gustaría decir”. Tan cercanos eran, que Cortázar se inspiró en Fredi para construir al Olivera de Rayuela.

© LA GACETA

FERNANDO SÁNCHEZ SORONDO


La búsqueda de una poesía esencial

Pavese y los temas de la escritura

Ensayo
El oficio de poeta
Cesare Pavese
(Eduvim - Córdoba)

El oficio de poeta consta de 21 ensayos y un apéndice con un diálogo y un relato.

En el primero de ellos el poeta alude al tiempo y al proceso de escritura: “Componer el conjunto me ha llevado tres años. Tres años de juventud y de descubrimiento”. En efecto, reflexiona sobre el género y la idea de una poesía-narración, como también sobre la búsqueda de una “poesía clara y distinta, musculosa, objetiva, esencial.”

Metaliteratura la suya que habla de la métrica, de la poiesis y de problemáticas lingüísticas, de los dialectos, del vulgar (la lengua hablada), de la jerga turinesa y piamontesa.  Reflexiona también sobre la construcción de sus versos en Los mares del Sud: “poco a poco descubrí las leyes intrínsecas de esta métrica, desaparecieron los endecasílabos y mi verso se reveló de tres tipos de constantes…”, el descubrimiento de la imagen: “mis imágenes -mis relaciones fantásticas- iban siempre complicándose más y ramificando en atmósferas enrarecidas”.

Pavese define Lavorare stanca metafóricamente como la aventura del adolescente del campo que en la ciudad encuentra la soledad y a la que quiere sofocar con sexo y pasión, que traen como consecuencia más desarraigo y más soledad.

© LA GACETA

ELENA V. ACEVEDO


La vida cotidiana enrarecida

Magistrales cuentos de un narrador exquisito

Compilación
Sr. y Sra Baby
Mark Strand
(Leteo - Buenos Aires)

Un joven viaja a Maine a visitar a un amigo y allí recuerda la vida destemplada de su padre escritor y cuenta que vivió con la inevitable sensación del fracaso. Entre la humedad y el tedio, el joven tiene la “visión” de su padre. Literalmente, escucha en la voz de un pájaro la presencia de su progenitor. Pronto, se casa con Helen y con ella tiene la misma experiencia. Hay vida más allá de las meras apariencias, parece decirnos el narrador del cuento que abre la serie de Sr. y Sra. Baby. El último cuento, escrito con una prosa que compite en excelencia con la de John Banville o Navokov, narra los planificados crímenes cometidos por un poeta vanidoso. No se trata de delitos menores o esquivos: el poeta, un estrafalario esteta perverso, el mejor de su generación, planifica la muerte de su madre y luego la de su padre. Deja una carta antológica. Las palabras del poeta asesino forman parte de los disloques que Strand produce en los cuentos.

Sr. y Sra. Baby es el único libro de cuentos del poeta. La edición preparada por Leteo contiene una entrevista realizada por el actor y dramaturgo Wallace Shawn. Strand propone una reflexión sobre el peso de la memoria y el rol del olvido. Lo producido por cada poeta es sustituido por lo nuevo y la poesía sobrevive, más allá de la desaparición individual.

© LA GACETA

FABIÁN SOBERÓN


El ayer y el hoy amalgamados

Múltiples voces y latidos

Poesía
Ecos del tiempo
Roberto Espinosa
(Runauturunco ediciones - Tucumán)

Roberto Espinosa asume la poesía como la más alta vibración del espíritu. Que es un acto confesional. Que el poema es la sangre del espíritu. No en vano, como tierra sedienta, sus versos se abren a la magia del verdor, bajo el agua de la lluvia. En los poemas que integran Ecos del Tiempo, fluyen inseparables vida y poesía. Metáforas encadenadas nos acunan y lazos fraternales nos convocan.

En las páginas de Ecos del tiempo nos encontramos con un vértigo de poemas fundantes, como señala Alfonso Nassif en el prólogo.  

Es así como nos encontramos con Tucumán y su gente, con sus bares, sus sueños, con Matilde su madre, con su padre, con sus hijas Rocío y Julieta, con  su esposa, con sus  amigos, el tango, el jazz, la  milonga, la zamba, con nuestros valles, con los trapiches del viento,  con Heráclito, con Don Ata, con poemas de amor, con grandes músicos,  con su hermano  Héctor,  con la Negra Sosa, con vidalas y vidaleras, con Aníbal Troilo,  con Vinicius de Moraes, con Chopin,  con el piano de Bill Evans, con ecos diaguitas, con los valses de Alberdi,  con el Pato Gentilini, con Pucho Escobar, con Juan Gelman, con Astor Piazzola, con Manuel Aldonate, con el Negro Jugo,  con Monteros, con el sudor de los cañaverales, con múltiples  latidos del Tucumán.

© LA GACETA

HONORIA ZELAYA DE NADER