Tras la finalización de las excavaciones en el Pozo de Vargas, el dirigente Enrique Romero reclamó a la Justicia Federal que concrete la apertura de tres fosas en el Cementerio del Norte. El peronista, autor de la primera denuncia en 2002, recordó que en 2006 en el cementerio municipal se exhumaron 57 esqueletos innominados en una sola fosa del sector conocido como “cuadro 54”.

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“Estas evidencias indican que tanto las desapariciones forzadas como los asesinatos obedecieron a una misma metodología represiva: la ejecución de personas, en cautiverio o en operativos, seguida de la desaparición, ocultamiento o destrucción de los restos sin comunicación ni reconocimiento legal de los decesos, o bien, sin que tomen estado público las muertes, su inscripción administrativa por distintas vías y la consecuente entrega de los restos a las respectivas familias”, afirmó Romero.  

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No obstante, el subsecretario de Tránsito y Transporte consideró que esas “no son las únicas deudas de la Justicia”. “Una de ellas es la brutal emboscada del ERP, que culminó con el cobarde y vil asesinato del capitán Humberto Viola, de su hija María Cristina de solo tres años, de su hermana María Fernanda de cinco años, gravemente herida por un disparo en la cabeza, el 1 de Diciembre de 1974”, recordó. 

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“Ni que hablar del asesinato de José Ignacio Rucci perpetrado por Montoneros como respuesta brutal por el papel preponderante que había tenido Rucci en la caída de Cámpora. Estos son los ascendentes de los que hoy se llaman 'La Cámpora', que con Máximo y la viuda de Kirchner desquician el país. Son los mismos que asesoran y apoyan logísticamente a los terroristas Mapuches. Los que Perón echó de la Plaza de Mayo”, planteó.