Nacido el 2 de septiembre de 1992 en Mar del Plata, Damián Emiliano Martínez Romero es el segundo hijo de Alejandro Martínez y Susana Romero. Mientras su padre trabajaba en el puerto y su madre se desempeñaba como empleada doméstica, Emiliano se escapaba al parque con su hermano mayor, Alejandro, para jugar al fútbol.

“Como estudiante era medio vago, pero tuve buena educación. Mi mamá trabajaba 10 horas por día para mandarme a una escuela privada, la Sagrada Familia. Nos dejaba en la parada del colectivo a las 6.30 y recién la volvía a ver a la noche, cuando volvía de trabajar. Mi viejo se iba al puerto a la madrugada, así que también lo veía poco”, mencionó Martínez en una entrevista.

Quien fuera elegido "Mejor Arquero del Mundial de Qatar" había empezado en el otro extremo de la cancha, jugando de 9 en fútbol sala. Aseguran que era bueno, pero su hermano -que también jugaba de delantero- lo mandaba al arco. Bajo los tres palos encontraría su lugar en el mundo.

La carrera futbolística de Emiliano comenzó cuando tenía apenas seis años. Primero fue la Academia General Urquiza, luego Talleres y San Isidro, todos clubes de barrio de su ciudad. El suyo era un un hogar golpeado por la crisis del 2001: no había mucho dinero para trasladarse y probar suerte en diferentes clubes, pero aún así, con 10 años, Emiliano se presentó en las pruebas de River y Boca. Sin embargo, ambas instituciones lo rechazaron por considerar que no tenía el nivel suficiente.

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A los 12, con la tristeza de dejar su hogar pero con la ilusión de poder ayudar a su familia, se mudó a la pensión de Independiente de la mano de Miguel Ángel “Pepe” Santoro para jugar en las inferiores. Fue allí donde se ganó el apodo del “Dibu”, por su parecido a la famosa caricatura de los años 90 que protagonizaba la serie televisiva “Mi familia es un dibujo”.

En 2009 es convocado por la Selección Argentina Sub 17 para jugar el Sudamericano en Chile. El seleccionado disputó la final con Brasil y fue subcampeón. Pese a no haber podido levantar esa copa, el destino de la joven figura estaba por dar un giro trascendental. Su desempeño llamó la atención de las autoridades del Arsenal de Inglaterra. Viajó con su entrenador, “Pepe” Santoro, y durante 10 días lo probaron para las inferiores del club. Lo ficharon desembolsando medio millón de euros por el 65% de su pase. Así, con 17 años, el marplatense firmó contrato hasta 2020 y sentó bases en suelo inglés.

El acuerdo tenía una cláusula según la cual si el jugador aprendía el idioma durante su estadía en el club, obtendría un jugoso bono extra que le permitía ayudar a sus familiares que vivían en Mar del Plata. Reconocido por su esfuerzo y perseverancia, el inglés no sería un obstáculo para el joven, y en menos de cuatro meses ya lo manejaba con fluidez.

Durante 10 años fue cedido en calidad de préstamo a clubes de distintas divisiones con el fin de que no se estancara en el banco de suplentes. Oxford United (2012) y Sheffield Wednesday (2013-14) le permitieron foguearse antes de regresar a Arsenal y debutar como titular en un partido de Liga de Campeones de la UEFA. Volvió a ser cedido y pasó por Rotherham United, Wolverhampton Wanderers, Getafe y Reading, todos en condición de préstamo.

En su estadía en los “Gunners” no logró títulos ni distinciones, pero lo que sí encontró fue el amor. En el restaurante que frecuentaba con sus compañeros, “Dibu” conoció a la portuguesa Amanda “Mandinha” Gama, quien ayudaba a sus padres los fines de semana para continuar sus estudios como diseñadora de interiores. “Siempre que me lo cruzaba, me veía y bajaba la cabeza. Yo pensaba que era agrandado, pero me mandó una notita con un amigo y me dijo que sólo era tímido”, contó la hoy esposa del codiciado arquero de la Selección.

El apoyo de su compañera y la llegada de su primer hijo, Santiago, fueron importantes para sostener a Emiliano durante esa difícil etapa en la que saltaba de un club al otro. Arsenal le ofreció renovar su vínculo en 2020, pero “Dibu” entendió que ya era tiempo de arriesgarse y salir en busca de otro destino que le brindara mayores oportunidades para mostrarse y tener chances de ser tenido en cuenta para la Selección, a la que ya había sido convocado por Lionel Scaloni el año anterior para un par de amistosos contra Alemania y Ecuador, aunque sin salir del banco. Fue entonces cuando apareció Aston Villa con la propuesta de ser el segundo arquero del equipo a cambio de 20 millones de libras, cifra que lo convirtió en el arquero argentino más caro de la historia. Debutó el 21 de septiembre de ese mismo año y terminó siendo elegido el mejor jugador de la temporada del club inglés.

Finalmente, en junio de 2021, “Dibu” tendría su debut como titular en la Albiceleste. Con el dorsal 23, defendió el arco frente a Chile, por las Eliminatorias para el Mundial de Qatar. “¿Quién es Emiliano Martínez?”, se preguntaban muchos. No haber llegado a debutar en Primera en el fútbol argentino lo había convertido en un ilustre desconocido para la mayoría de los argentinos, pero el marplatense no tardó en hacerse conocer con sus buenas actuaciones. Y en la Copa América en Brasil, terminó de meterse al país en el bolsillo en la tanda de penales contra Colombia, en semifinales, amedrentando a los pateadores rivales con su icónico “mirá que te como hermano”. Tapó tres remates y le dio a la Selección el pase a la final, donde Argentina rompería el maleficio y se consagraría campeón continental en el mismísimo Maracaná. Durante su estadía en Brasil, en plena pandemia y concentrado en la Copa América, Emiliano acompañó el parto de su segunda hija, Ava, a través de videollamada durante cinco horas y finalmente, finalizado el campeonato y llegado a Inglaterra, “le pudo hacer upa”.

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Ya para entonces, “Dibu” se había metido en la historia grande la Selección. Pero eso era solo el comienzo: a mediados de este año, también se dio el gusto de ganar la Finalissima con un paseo a Italia, como escala previa al momento más importante de su carrera, el Mundial de Qatar.

“En Rusia, estaba con mi hermano (en el estadio) y le prometí que el próximo Mundial iba a hacer lo que fuera, que iba a estar en el Mundial. Se lo prometí. Hay algunos que dicen ‘soñá en grande’. Es gratis soñar”, contó en una entrevista. El sueño se cumplió con crecer: no solo fue el arquero titular, sino que además logró levantar la Copa del Mundo y el Guante de Oro como mejor arquero del Mundial.

Con menos de tres años llevando el escudo de la "Albiceleste" en el pecho, “Dibu” ya es el ídolo de muchos niños en el país que lo despidió con 17 años y lo recibió como a un héroe en una caravana que guardarán todos en la retina por el resto de sus días. Y eso no es todo: la FIFA podría incluirlo entre los arqueros nominados al premio “The Best”, que se otorgarán a fines de febrero. Y aunque hoy se hable más de él por su estilo desenfrenado y políticamente incorrecto -lo que le ha valido una lluvia de críticas en Europa-, “Dibu” se sabe parte de una generación que ya ha hecho historia y despertado sensaciones dormidas por casi cuatro décadas.