Es verdad, es muy difícil para los aficionados a cualquier deporte aplaudir al rival. Recién cuando los ojos quedan maravillados, las palmas de las manos van hacia un lento y tímido encuentro para reconocer el talento que no es el propio, pero que, como tal, merece ser alabado. Una sensación de esas dimensiones es la que deja Brasil cada vez que marca un gol.

Cualquier ser humano que se jacte de disfrutar el fútbol, no puede, por más que su pasión tenga una bandera con colores totalmente definidos, decir que lo del equipo de Tite no fue una puesta en escena de fútbol divertido y entretenido, que no abunda en muchas ligas del planeta. Esa sucesión de sensaciones con sello brasileño, no podían terminar apenas la pelota quedase muerta dentro del arco. Menos en ellos, integrantes del pueblo que tiene el carnaval más atractivo del mundo. Y también del fútbol que, hasta aquí con más del 60% disputado de la Copa, generó mayor atracción.

Por eso Vinicius, Neymar, Richarlison y Paquetá siguieron la carrera después de sus respectivas conquistas en la goleada ante Corea del Sur. Se encargaron de seguir entreteniendo al mundo sin el balón en los pies. Los bailecitos recrearon por instantes los sambódromos en Medio Oriente. Según trascendió, hay 10 coreografías ya armadas por los jugadores.

El operativo “bailecito” se diagrama con una intensidad de 24/7, según lo que explicó Raphinha. No hay improvisación, pero si hay un toque de espontaneidad. Probablemente, el agregado tenga que ver con la vistosidad de la conquista: a mayor despliegue en la jugada de gol, mayor meneo del cuerpo.

“Diariamente enviamos videos y, adentro, solo decimos: ‘va a ser ese’”, reveló el delantero de Barcelona. Entonces, el ensayo empieza con las imágenes que comparten entre ellos en la concentración.

Raphinha fue el que respondió las críticas que Roy Keane tiró sobre los festejos de los goles. El ex mediocampista irlandés, ídolo en Manchester United, siempre de gesto adusto y rostro inexpresivo, no aflojó ni un poquito, tal como cuando jugaba. “No consigo creer lo que veo. Sé que tiene un punto de cultura, pero es realmente irrespetuoso con el rival”, dilapidó a los brasileños durante un comentario. “Son cuatro goles y ellos lo hacen en cada uno de ellos. El primer baile o lo que sea que hagan, bien. Y entonces el técnico se involucra. No estoy feliz por eso. No creo que eso sea nada bueno”, declaró.

Analicemos el discurso de Keane. ¿Cómo determinar la falta de respeto? Usualmente, se la considera tal, en todos los deportes, cuando el adversario se pone de frente y se muestra triunfal ante su contrincante. “No lo hacemos para faltarle el respeto, no vamos delante de un oponente, no hacemos nada”, expuso Raphinha que fue uno de los cuatro que hizo la coreo de Vinicius, el que abrió el marcador en el triunfo ante Corea del Sur. El cuarteto hizo los pasos de “Pagodão do Birimbola”, del grupo “Os Quebradeiras”, uno de los furores del momento en Tiktok. “Si no le gusta, no tengo mucho que hacer por él. Si metemos el gol, seguiremos celebrando”, anunció el brasileño. Keane deberá tragar duro y bancarse los seis repertorios restantes que tiene Brasil, obviamente si marcan esa misma cantidad de goles hasta que termine la Copa del Mundo.

“Sienten eso, son felices jugando a la pelota. No lo hacen como una burla a los demás”, explicó Juan José Morales. “JJ”, ídolo de San Martín y actual jugador de Ateneo Parroquial Alderetes, le da la razón al irlandés, es cultural. Pero Morales si lo disfrutó durante los seis años en los que jugó en Brasil. “Es increíble, pero lo viven de esa manera. Por eso no veo que está mal. Jugué cuatro temporadas y media. El brasileño es diferente a nosotros en todas las divisionales”, aseguró el delantero que jugó en Paraná, Paranaense y Camboriú FC.

“Veía en las playas a la gente como jugaba. Están todos el tiempo con la pelota riendosé, jugando, bailando, zambando arriba de la pelota”, recordó Morales.

Jonatan Amaya, que también es futbolista de la Liga, coincide con Morales y los admira. “Son unos cracks. Están tres escalones más arriba que todos. Las coreografías, además, les sale muy bien”, destacó. Pero... “Ese bailecito hace enojar a los rivales y los saca del partido”, agregó el jugador de Almirante Brown, el último club en el que jugó.

Para Tite, que se sumó a la coreografía de la conquista del tercer gol que marcó Richarlison, no tiene que ver con lo cultural, ni con una manera de alterar al rival. El DT de Brasil se arriesgó a hacer el “Baile de la Paloma”. “Trato de adaptarme a las características del grupo de futbolistas”, explicó el técnico que dirige a Brasil desde 2016.

O sea que si le tocara dirigir a un equipo que tuviera un ritual grupal, por citar un ejemplo simple, de jugar al tateti antes de un partido, él lo haría si se lo pidiesen para fortalecer el vínculo. “Son bastante jóvenes y tengo que adaptarme un poco a su lenguaje. Ellos tienen el lenguaje de la danza”, explicó el entrenador.

Tite, consciente de lo que podían generar las danzas de los jugadores y al mismo tiempo con el deseo de acompañarlos, pidió que fuera rodeado al momento de moverse como una paloma y lo más alejado posible de la línea del campo de juego. Todo para estar lo menos expuesto posible. “Hay muchas cámaras y no quería que tuviera otra interpretación que alegría por el gol y no faltarle el respeto al rival, como no lo es. Pero no se podía ocultar”, afirmó Tite.

Para mañana cuando Brasil enfrente, desde las 12, a Croacia por los cuartos de final del torneo, ya spoilearon en qué melodía estará basado el próximo baile: Aquecimento Senta Senta Suave de Kevin O Chris, asegura ESPN. Ese tema sonará en la mente del autor del próximo gol verdeamarelo, si es que la pelota pasa por los tres palos. (Con colaboración de Carlos Oardi y Gonzalo Cabrera Terrazas)