Los pacientes que tienen una sensación de dolor, peso o ardor en las piernas pueden estar presentando síntomas de venas varicosas. Estas venas torcidas y agrandadas suelen desarrollarse a medida que se envejece, aunque también aparecen en personas más jóvenes. Toda vena que esté cerca de la superficie de la piel, o vena superficial, puede convertirse en una vena varicosa.

“Para la mayoría, las várices son simplemente un problema estético, aunque en otras, pueden llevar a problemas graves de salud, como coágulos sanguíneos o úlceras que restringen la vida considerablemente”, afirma el doctor Christopher Huiras, cirujano general y vascular de la Mayo Clinic, en un comunicado de prensa de la institución..

Entre los síntomas de las venas varicosas el especialista destaca:

• Calambres musculares e hinchazón en la parte inferior de las piernas.

• Más dolor después de estar de pie o sentado por mucho tiempo.

• Comezón, dolor o calor en una o más venas.

• Úlceras en la piel, cerca del tobillo.

Las várices suelen ser de color morado oscuro o azul y tienen una apariencia torcida o abultada.

“Algunas alternativas de autocuidado para impedir que las venas varicosas empeoren son hacer ejercicio, restringir la ingesta de sodio, perder peso y elevar las piernas. Comprar medias elásticas de compresión es, por lo general, lo primero que el equipo de atención médica recomienda, antes de intentar otras alternativas de tratamiento”, enfatiza el doctor Huiras.

Las medias elásticas de compresión pueden usarse durante el día para mejorar la circulación sanguínea en las piernas y reducir tanto la hinchazón como el dolor.

Alternativas

Cuando estas alternativas no alivian el dolor, hay otras que podrían brindar una rápida recuperación con mínima cantidad de dolor son las siguientes:

Escleroterapia: en este procedimiento, un profesional médico inyecta en las venas varicosas una solución que las cicatriza y cierra. Se lo puede hacer con energía de láser y sin agujas.

Procedimiento mediante sonda y de mínima invasión: se realiza con ablación por radiofrecuencia o energía de láser y consiste en colocar dentro de la vena una sonda larga y fina, cuya punta está caliente, para destruir las venas más grandes al hacerlas colapsarse y cerrarse.

Fleboextracción venosa: en este procedimiento, se extrae una parte determinada de la vena a través de incisiones pequeñas en la pierna.

La extracción de la vena no afecta la circulación sanguínea en la pierna, porque las venas más profundas se encargan del aumento en el volumen de sangre.

Flebectomía ambulatoria: este procedimiento se realiza en el consultorio del profesional médico y es menos invasivo que la fleboextracción venosa. “Las venas varicosas más pequeñas se extraen a través de una serie de punciones diminutas en la piel y solo se entumecen las partes de la pierna donde se hacen las punciones. Cuando hay que extraer una vena más larga, también se lo puede hacer en el quirófano, con la ayuda de sedantes o anestesia”, explica el especialista.

Cirugía endoscópica de las venas: normalmente sirve en casos avanzados, donde las piernas presentan úlceras.

“A veces, se puede combinar uno o más procedimientos para obtener mejores resultados”, concluye el doctor Huiras.