Siempre cuento la misma anécdota, pero bueno, a qué negarlo, somos seres de repeticiones que apelan a que el público se renueve. O, en todo caso, contar es repetirnos las historias con otras herramientas y apelar a que alguien las recoja.

Marzo de 2008. Volvíamos con mi compañera de San Marcos Sierra cuando se nos rompió el auto llegando a La Cumbre. Mientras lo reparaban, entramos a un cyber (aún no eran épocas de teléfonos inteligentes) para hacer tiempo. Abrí el mail. Tenía un correo de Daniel Alberto Dessein, diciendo que le habían agradado los textos que le enviaba y que me aceptaba como colaborador de LA GACETA Literaria. Un nuevo desafío se abría.

El año pasado, Editorial La Papa de Tucumán me publicó el libro Sedimentos, una antología personal de entrevistas a escritores (Forn, Andruetto, Castillo), artículos de temáticas diversas, dos ensayos breves y una serie de homenajes (Piglia, Dal Masetto, Báñez). Aunque de orígenes desiguales, muchos de esos textos llegaron a publicarse en LA GACETA Literaria. Daniel Dessein hijo tuvo la bondad de escribir la contratapa del libro. Una parte del circulo comenzaba a cerrarse, pero aún faltaba algo.

La edición del libro y el deseo de conocer la provincia y pasar unos días de vacaciones en familia, fue lo que me llevó a Tucumán por vez primera en julio de este año. Recorrimos la ciudad, los Valles Calchaquíes –Amaicha, Tafí, las ruinas de Quilmes–, Yerba Buena, las alturas de San Javier y Villa Nougués, comprobamos la inmensa belleza de esas geografías.

Tuve la suerte de participar en la sexta edición del Festival Internacional de Literatura de Tucumán, tanto en la presentación de la Colección Trazos de editorial La Papa, como en el ciclo 3x3 junto a Paula Melano, Francisca Alarcón Irrazabal, Alvaro Astudillo y Laura de Arriba, agradecimiento mediante a Blas y el resto de los organizadores. Tuve la suerte, también, de participar en reuniones informales donde hubo camaradería entre narradores, poetas, docentes, periodistas, libreros, editores, militantes de la memoria. Y tuve la suerte, además, de visitar por primera vez las oficinas del diario LA GACETA, su proverbial sala de reuniones de directorio, el detrás de escena del canal de televisión, la redacción –ese lugar donde la realidad late de manera inhabitual–, todo de la mano de la excelente recepción de María Santillán. Una parte del circulo comenzaba a cerrarse.

Volver es siempre reencontrarse con uno mismo en esa segunda piel que es el hogar, pero volver es, también, como Odiseo, ser otro. Una conclusión o un volver a empezar. Catorce años después, el desafío continúa.

© LA GACETA

Hernán Carbonel – Periodista y escritor. Su último libro es Sedimentos (La Papa, 2021).