LONDRES, Reino Unido.- Inflación, alza en el costo de vida y, especialmente, la posibilidad de pasar hambre, no suelen asociarse con países ricos, los que se sientan a la mesa desde donde se dirige el mundo. Y, sin embargo, es lo que está sucediendo en el Reino Unido, donde cada vez más gente tiene problemas para comprar comida todos los días.

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Un relevamiento que hizo la organización benéfica Food Foundation, y publicado ayer en “The Guardian”, muestra que uno de cada siete adultos vive en hogares donde se han salteado comidas, reducido las porciones o han pasado hambre.

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El precio de los alimentos sigue subiendo -un 7% al año, la tasa más alta en 30 años para el Reino Unido- mientras los productores trasladan a los consumidores el costo de la suba de la energía. El Banco de Inglaterra advirtió que la inflación puede llegar al 10% en los próximos meses.

Food Foundation también detectó que un número creciente de personas opta por llevarse comida fría de los comedores de beneficencia porque teme que cocinar en casa eleve aún más la boleta de energía, ya sea de gas o de electricidad.

Según los nuevos datos de Food Foundation, unos 6,8 millones de adultos (12,8% de los hogares) han reducido el tamaño de las porciones o han dejado de comer por completo porque no podían pagar u “obtener acceso a los alimentos”

Las cifras, que surgen de una encuesta realizada por la consultora YouGov para Food Foundation, muestran un aumento del 57% en la proporción de hogares que reducen los alimentos o se saltean comidas por completo en solo tres meses. En abril, 7,3 millones de adultos vivían en hogares que dijeron que se habían quedado sin alimentos o que no pudieron obtenerlos físicamente en el último mes, que incluyen a 2,6 millones de niños.

Esto se compara con 4,7 millones de adultos en enero, indicó el informe. “El aumento extremadamente rápido de la inseguridad alimentaria desde enero apunta a una situación catastrófica para las familias”

En el último mes, los datos revelan también que 4,6 millones de adultos (8,8% de los hogares) no han comido a pesar de tener hambre porque no podían pagar o acceder a los alimentos.