A comienzos de marzo, personal de la sección Zoología Agrícola de la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (Eeaoc) detectó en dos localizaciones urbanas del departamento Leales (Tucumán) la presencia de Diaphorina citri, vector de la bacteria causante del Huanglongbing (HLB). Tras el hallazgo, en forma inmediata la Eeaoc comunicó la noticia a la Dirección Nacional de Protección del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) y mediante el Programa Nacional de Prevención de HLB se activó un plan de contingencia.
Gerardo Gastaminza, jefe de la mencionada sección, dio detalles del plan, de la modalidad operativa, de los objetivos y de los antecedentes de las acciones encaradas. Todo lo informado en esta oportunidad puede verse en la revista Avance Agroindustrial de la Eeaoc.
“La reciente detección de Diaphorina citri en Tucumán es, sin dudas, una mala noticia. Pero no nos toma desprevenidos: sabíamos que podía ocurrir; desde que comenzó a expandirse la epidemia por el continente y, en especial, por países vecinos venimos, de un modo u otro, y desde distintos ámbitos -productivos, científicos e institucionales- preparándonos para prevenir la infección de nuestras quintas cítricas, para detectar a tiempo -en especial, al insecto vector- y, en el peor de los casos, para controlarlo”, contó.
Atención
Gastaminza mesuró la situación, y dijo que no es epidemiológicamente grave; pero sugirió que nadie debe distenderse. “Estas detecciones no dejan de ser una señal de alerta. En el caso de nuestra provincia, está en juego el status fitosanitario, que hasta aquí todavía conservamos”, afirmó. Según la clasificación que usada en el país, Tucumán ocupa un lugar en la zona 1, en cuanto territorio libre tanto del insecto vector como de la bacteria causante del HLB.
Precisó que el plan de contingencia puesto inmediatamente en práctica responde al dictado de dos documentos generados previamente al efecto. “Uno es el contenido en el Plan Maestro para el HLB elaborado en Tucumán con la coordinación de la Eeaoc; el otro, el aportado por el Senasa y producido en el marco del Comité de Sanidad Vegetal (Cosave), la organización fitosanitaria regional que incluye siete países de Sudamérica”, explicó Gastaminza. Añadió que ambos coinciden en lo esencial, pautan las acciones a seguir e implican la coordinación interinstitucional necesaria para llevar a cabo la operativa pertinente. “El objetivo es determinar si estas detecciones corresponden a hechos aislados o si son las primeras de una presencia de la plaga más ampliamente distribuida”, puntualizó.
Acciones en curso
El plan de contingencia actualmente en marcha consiste en que, con foco puesto sobre el punto de detección, se trazan anillos concéntricos de diferentes radios -500 m, 1.000 m, 3.000 m, 6.000 m, 8.000 m y 16.000 m-, que definen la intensidad de las acciones de monitoreo y control químico a implementar. “La intensidad de las acciones es mayor en el anillo más chico y decrece hacia la periferia. Ese monitoreo incluye, además de la búsqueda del insecto vector, la observación de síntomas sospechosos de afección por HLB en plantas cítricas o en hospederos alternativos de la bacteria, como Murraya paniculata”, dijo.
Dada la proximidad de los recientes puntos de detección -el primero, en García Fernández, y el segundo, en Villa Fiad; ambos en el departamento Leales y distantes a 12 kilómetros entre sí-, los anillos en este caso se superponen. Nos queda así incluida un área cañera -mayoritaria-, un área urbana de poblaciones rurales y 5.000 hectáreas de quintas cítricas de explotaciones comerciales.
El especialista precisó que en esa superficie así delimitada se realizan los monitoreos intensivos en búsqueda del vector y de eventuales síntomas de HLB en plantas cítricas. En las zonas urbanas circundantes o próximas a los dos focos se iniciaron las acciones de control químico del insecto con una frecuencia de siete a 10 días. Los círculos más externos se hallan también bajo monitoreo, a cargo de personal conjunto del Senasa, de la Dirección de Agricultura de la provincia y del sector privado a cargo de Asociación Citrícola del Noroeste Argentino (Acnoa) y de Asociación Fitosanitaria del Noroeste Argentino (Afinoa).
“Colabora también las comunas en cuya zona aparecieron estos focos, que aportan personal para las acciones de control químico y para gestionar nuestro ingreso a las casas del vecindario”, finalizó Gastaminza.