BRASILIA, Brasil.- El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, anunció un indulto en favor del diputado de ultraderecha Daniel Silveira, condenado la víspera a ocho años de prisión por la Corte Suprema por sus amenazas a las instituciones democráticas.

Bolsonaro hizo el anuncio en una transmisión en directo por sus redes sociales y lo calificó como “una noticia de vital importancia para nuestra democracia y nuestra libertad”, y aclaró que no iba a comentar la decisión de la Corte Suprema.

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El Tribunal Supremo de Brasil adoptó por 10 a uno el fallo contra Silveira, un ex policía que acumuló numerosas sanciones durante su servicio y que, tras ser elegido diputado por Río de Janeiro, hizo llamados a las Fuerzas Armadas para que intervengan las instituciones.

En concreto, el parlamentario estaba acusado de incitar públicamente a la violencia, al cierre del Congreso y del Tribunal Supremo mediante una intervención militar a través de la difusión de un video el año pasado.

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Silveira, uno de los referentes de los grupos de ultraderecha que apoyan a Bolsonaro, fue condenado el miércoles a ocho años y nueve meses tras amenazar a jueces del Supremo, exigir la “clausura” de esa corte y del Parlamento y promover una “intervención militar” similar a la que en 1964 impuso una dictadura que duró 21 años.

Pasó unos meses preso y hace poso se atrincheró en la sede de la Cámara de Diputados para que la policía no le pusiera una tobillera electrónica.

El núcleo duro de los seguidores bolsonaristas lo considera un mártir de la libertad de expresión. Y el propio mandatario considera que el caso contra él es un ejemplo del autoritarismo de la corte, lo cual se expresó en el indulto que emitió ayer.

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La condena “por atentar de manera continuada contra las instituciones democráticas” fue considerada una advertencia para el propio Bolsonaro, que protagonizó frecuentes choques con la máxima corte.

Los magistrados dejaron claro durante la sesión que el caso iba mucho más allá del parlamentario sentado en el banquillo y recalcaron que el fallo atañe a la defensa de la democracia y las instituciones, según informa el diario “Folha de Sao Paulo”.

Brasil celebra elecciones presidenciales y parlamentarias en seis meses mientras el presidente siembra dudas sobre el sistema de votación.

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Quedan seis meses para unas elecciones que se perfilan como las más polarizadas y reñidas de la historia reciente brasileña.

Se espera un duelo épico entre dos viejos conocidos, Bolsonaro y el ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva.

En 2018, no pudieron medirse porque el fundador del Partido de los Trabajadores (PT) fue apartado de la carrera presidencial por condenas que fueron anuladas o archivadas.

Lejos de retroceder, Bolsonaro elevó la apuesta y señaló a Lula como “enemigo de Brasil” por impulsar el desarme de la población civil. “El enemigo de la nación brasileña no se viste de verde y amarillo, se viste de rojo y tiene una bandera con la hoz y el martillo”, dijo el mandatario en alusión a los símbolos del comunismo.

Durante un acto de entrega de terrenos a campesinos en Goiás, Bolsonaro convirtió la ceremonia oficial de la Presidencia en un acto contra el ex presidente.

“Hay un ladrón que dice que sueña con volver al poder para desarmar a su pueblo”, afirmó el ex capitán del Ejército. Y añadió: “Brasil es un país cristiano, que está en contra del aborto, de la ideología de género, defendiendo la familia y la propiedad privada”. (Reuters-Especial)