John Gottman, conocido terapeuta de parejas norteamericano, asegura que uno de los factores más importantes a tener en cuenta a nivel pronóstico en una pareja es la frecuencia con que se acercan el uno al otro y son capaces de “conectarse”. Y que en las parejas que terminan separándose o viven juntas sin ser felices, los momentos de conexión -aunque sea a través de una charla trivial- suelen escasear.

Con mucha razón lo sostiene: Hollywood ha distorsionado drásticamente nuestra idea de romance y pasión. Hemos llegado a creer que tienen que ver con gestos espectaculares, declaraciones de amor delante de todos cuando el avión está a punto de partir o con encuentros sexuales explosivos sincronizados en todo sentido. Pero lo cierto es que “la pasión en la vida real tiene que ver con el proceso, mucho más prosaico, de estar conectados y se mantiene viva cada vez que hacemos saber a nuestra pareja que es valorada en la vida cotidiana”. Por cómico que parezca, la pasión crece cuando, estando en el supermercado, uno dice “¿Necesitamos detergente?” y el otro contesta “No sé, pero busco uno por las dudas”, en lugar de encogerse de hombros. Crece si, cuando sabemos que el otro tiene un día difícil en el trabajo, le dedicamos un minuto para mandarle un mensaje dándole ánimos. En situaciones como ésta las personas han decidido acercarse, en lugar de apartarse.

El profesor Gottman afirma que los que están juntos hacen de vez en cuando “peticiones” a su pareja, reclamando atención, afecto, sentido del humor o apoyo. Y en respuesta la otra persona puede acercarse o -de diferentes maneras- dar media vuelta, ignorar el pedido. Quienes se mantienen cerca tienen muchas más posibilidades de conservar su pareja. De lo contrario, surge el peligro de que la distancia se vuelva lo habitual, como una lógica entre ambos (de ahí a que se separen, es otra cosa).

La razón de esta diferencia de actitud es lo que Gottman denomina “cuenta bancaria emocional”. Los compañeros que se acercan están ingresando “dinero” en la cuenta, creando ahorros emocionales que les servirán de ayuda en tiempos difíciles, cuando se enfrenten a grandes conflictos o crisis: tenderán a ser tolerantes y a mantener un punto de vista positivo sobre el otro.

Pero además de ser la base de la conexión emocional, la cercanía constituye una de las claves de una pasión duradera. Muchas personas piensan que el secreto para volver a conectar con la pareja es una comida a la luz de las velas o unas vacaciones en el mar. Pero el auténtico secreto es acercarse al otro en las pequeñas cosas de cada día: una noche romántica sólo puede avivar la pasión cuando la pareja ha mantenido el fuego encendido estando en contacto cotidianamente. De lo contrario, es más probable que la velada o el viaje no cumplan con las expectativas y se cuelen acusaciones, recriminaciones o silencios incómodos.