Se nos fue un gran amigo, compañero de ruta musical desde que nos conocimos, allá por los 80 en París. Lo admiraba mucho por su humanismo y su compañerismo solidario, su amor por su tierra tucumana, y era respetado mucho en la élite francesa por su arte y humanismo. Hemos vivido momentos intensos de camaradería y otras andanzas con el Cuarteto Dos Mundos, que fundamos juntos con Castiñeira de Dios, en París, también por los 80. Lo vamos a extrañar mucho a nuestro amigo. Que en paz descanse Miguel Ángel.