Will Smith ganó, como era previsible, el Oscar a mejor actor protagónico, pero la expectativa no estaba dado por ello (era el gran favorito), sino por si confirmaba o desmentía su pelea con Chris Rock, a partir del golpe que le dio en plena ceremonia luego de que el comediante ironizara sobre la alopecia de su esposa, Jada Pinkett.

Y el actor de “Rey Richard” deslizó que su furia había sido real en su discurso, sin expresarlo frontalmente. Al mencionar a su personaje (inspirado en el padre de las tenistas Venus y Serena Wiliams) aseguró que “fue un defensor de la familia”. “En este momento estoy abrumado por lo que Dis me pide que haga y sea. En la película pude proteger a las actrices y me están pidiendo que proteja y ame a las personas”, afirmó entre lágrimas.

Reconoció que como parte de la industria “sabemos que podemos aceptar los abusos y sonreír ante las faltas de respeto”, pero insistió en la importancia de defender a su entorno, sin mencionar nunca a Rock. “Quiero pedir disculpas a la Academia y a los nominados y espero que me inviten otra vez. El arte invita a la vida y el amor nos hace hacer cosas locas”, concluyó.