“Tranquilidad dentro de la preocupación” es el estado de ánimo de varios latinoamericanos residentes en Ucrania entrevistados por BBC Mundo. Viven en el país que mantiene en vilo al mundo por la posible invasión de Rusia, aunque ven como algo distante un conflicto a gran escala y esperan que la situación se resuelva por la vía diplomática.
Joe Biden: "es el inicio de una invasión rusa en Ucrania", dijo el presidente de EE.UU.“No creo que vaya a haber una escalada, que entre Putin bombardeando y destruyendo todo. Eso sería la Tercera Guerra Mundial”, le dice a BBC Mundo el cubano José Luis Fernández desde Kiev, la capital ucraniana.
Ucrania: Rusia escala la tensión al reconocer a separatistasLa relación entre Ucrania y Rusia vive horas de máxima tensión desde que este lunes Putin reconoció la independencia de las regiones rebeldes de Donetsk y Luhansk, en el este de Ucrania, y autorizó el envío de tropas para “mantener la paz”. Occidente y Ucrania entienden que la decisión de Putin puede ser el preludio de una invasión y por ello han reaccionado imponiendo duras sanciones económicas contra Rusia.
José Luis Fernández lleva en Ucrania desde 1988. Sus ojos están habituados al caos de las antiguas repúblicas soviéticas. Ha sido testigo de la desintegración de la Unión Soviética, la independencia de Ucrania y el conflicto con Rusia desde la anexión de Crimea en 2014. Reconoce que la situación a día de hoy, al menos en las calles de Kiev, es de normalidad. “Incluso tenemos amistades en la zonas calientes, en Mariúpol y en Luhansk, y dicen que por allá todo está tranquilo también”, dice.
Pero en medio de la tranquilidad, no puede evitar sentirse preocupado. “Tenemos toda la vida atada a este lugar. Trabajamos aquí, estudiamos, tengo a mi familia y a mis hijos. Rezo para que todo llegue a un acuerdo y consigan entenderse. Tenemos la esperanza de que todo se calme”, señala.
Por su parte, Arturo Condorí Moreno, un peruano que lleva 20 años en Ucrania, admite que el país vive días de “mucha tensión”, pero en parte lo atribuye a “la información que llega por todos lados y que genera preocupación”. Hasta hace unos cinco días, cuenta, había bastante normalidad en las calles de Kiev, la ciudad donde reside y trabaja. “Todavía es temprano para ver las consecuencias de las últimas acciones de Putin”, dice.
De forma similar opina Silvia Cristina Mercado, ingeniera mexicana, quien lleva siete años viviendo en Járkov, la segunda mayor ciudad de Ucrania, situada en el noreste del país. Le sorprende cuando desde su país le preguntan si hay escasez y si la gente ha entrado en pánico, ya que asegura que, al menos en su ciudad, todo continúa con normalidad. “Aquí todo está muy tranquilo, muy en calma. Hasta ayer seguía paseando con mi hija. Las actividades en la calle siguen normal. La gente trabaja, los niños juegan en los parques, no se siente una situación de tensión”, cuenta.
“Los antiguos, que conocen bien el país y tienen experiencias pasadas, no están muy afectados. Los últimos que han llegado -algunos colombianos, ecuatorianos, argentinos y mexicanos-, están más afectados porque para ellos esto es totalmente nuevo. Si las cosas se ponen peor, “habrá que buscar una salida del país”, dice Condorí.
Silvia Mercado, aunque insiste en que está “tranquila”, también tiene planeado “irse a México si la cosa se pone más difícil”.