Horas después de su elección en el Parlamento, Magdalena Andersson, la nueva primera ministra sueca, renunció. Lo hizo tras el fracaso de su presupuesto y la retirada de sus aliados ecologistas del gobierno.

"Hay una práctica constitucional según la cual un gobierno de coalición dimite cuando un partido se va. No quiero dirigir un gobierno cuya legitimidad está en entredicho", declaró la dirigente socialdemócrata, tras lo cual añadió que esperaba ser reelegida en una próxima votación.

Andersson se convirtió en la primera mujer elegida para el cargo de primera ministra en Suecia, tras lograr un acuerdo de última hora el martes con el Partido de Izquierda para subir las pensiones a cambio de su apoyo en la votación de la fecha. Ese acuerdo molestó al Partido de Centro, que le retiró su apoyo.

Eso desencadenó la renuncia.