Como en cada 2 de noviembre, miles de tucumanos peregrinaron desde diferentes puntos hacia los cementerios de la capital, para rendirle homenaje a sus seres queridos durante el Día de los Fieles Difuntos.

A pesar del cielo gris y de una jornada lluviosa, las flores adornaron monumentos y sepulcros, entre rezos, anécdotas y silencios de congoja. Todo, por la memoria de los que ya no están.