Sandra Mendoza soportó todos los ataques

Irene Benito

LA GACETA

Quizá para Sandra Mendoza (Frente de Todos) haya sido un alivio que faltaran al debate las candidatas del Frente Amplio de Tucumán y de Juntos por el Cambio: fueron dos frentes menos para atender en una noche que la tuvo como blanco de los ataques. Mendoza soportó la presión con oficio y estoicismo. La peronista tal vez se salió un poquito del libreto cuando interrogó a las rivales acerca de las propuestas que traían. Un barullo se desató. Lejos de dar una tregua, Gabriela Gramajo (Frente de Izquierda y de los Trabajadores-Unidad) y Liliana Leiva (Fuerza Republicana) redoblaron los cuestionamientos.

Mendoza, legisladora y esposa del líder famaillense José Orellana, cumplió en la defensa previsible de las gestiones de Juan Manzur, de Osvaldo Jaldo y de Alberto Fernández. La candidata titular a senadora en segundo término se las arregló para que cada consigna del debate fuera una oportunidad para elogiar a sus jefes políticos. A Néstor y Cristina Kirchner, por ejemplo, los reivindicó como pagadores de la deuda externa y restauradores de la soberanía económica para, a continuación, decir que el presidente Fernández y el jefe de Gabinete, Manzur, iban a hacer lo propio con el endeudamiento contraído por el macrismo. “Sí hay un plan”, aseguró la candidata mientras desde los otros atriles la azuzaban.

Elogio de la sordera

Al principio Mendoza leyó algunos apuntes. Ni aún así logró dominar el tema de la reforma tributaria. Pero, después de referirse a la posibilidad de gravar la renta financiera, y de rechazar “la especulación y la timba”, se soltó y pudo exponer con la sola ayuda de la memoria los conceptos que había preparado. Mendoza, quien no tuvo pereza para estudiar abogacía y recibirse en la adultez, demostró anoche que lo suyo no es la improvisación. Aplicada, chequeó de reojo el nombre del nuevo ministro de Seguridad provincial, Eugenio Agüero Gamboa, al destacarlo como “un científico”.

En un punto la candidata se resistió a las respuestas fáciles. Fue en la ronda de opiniones sobre el dólar y la inflación. “La contestación responsable requiere más tiempo. Esto engloba muchos temas. No se trata de hacer promesas como las de (Mauricio) Macri, que dijo que la inflación no iba a ser un problema y que llegaríamos a la pobreza cero. Necesitamos un equilibrio de la balanza comercial. A corto plazo, tenemos que renegociar la deuda con el Fondo Monetario Internacional, y a largo plazo, apostar al crecimiento económico para que el país dé oportunidades”.

Gramajo y Leiva fueron implacables con Mendoza en la seguridad, la educación y los planes sociales. En un momento hasta la acusaron de no conocer las necesidades de la población. “Estuvimos al lado de la gente, no sé dónde estuvieron ustedes”, contraatacó la legisladora. Al final y liberada del yugo, Mendoza se aferró a su fe (es una evangélica activa) y eligió una frase de Mercedes Sosa: “lo peor que le puede pasar a uno es no creer en nada”. La candidata afirmó que creía en Dios, en la familia y en la política, pero precisó que no se quedaba en ello. “Hay que creer y poner en práctica”, advirtió.

Gabriela Gramajo: fiel a sus principios

Magena Valentié

LA GACETA

“No” a ningún acuerdo con el FMI, “no” al pago de la deuda externa, planes sociales universales, impuesto a la renta financiera por los “fabulosos negocios de los bancos a costa de los trabajadores”, y planes interzafra de $ 30.000 para los obreros temporarios. Gabriela Gramajo (FIT) se mantuvo fiel a los históricos reclamos de su espacio. Ella misma, en su carácter de desocupada, encarna a uno de los sectores que defiende.

Con 47 años , casada, madre de cinco hijos, Gramajo no parecía sentirse tan relajada como se la nota habitualmente en las protestas callejeras. Reveló que lleva 16 años “caminando la calle y reclamando por el hambre y la pobreza” . Pero anoche, frente a su atril, le costaba apartar la vista del papel que tenía como ayuda memoria.

Ante cada pregunta, la táctica de la combativa Gramajo fue atacar primero y responder después. “Este gobierno y los anteriores han fracasado en generar trabajo genuino. Cada año aumenta la pobreza. La izquierda junto al movimiento piquetero nos organizamos para terminar con eso”, dijo cuando se le pregunta por la vigencia de los planes sociales. Después reconoció que “sin trabajo los planes sociales son lo único que tienen los desocupados para subsistir”. Es más, llegó a decir que es “una cuestión de vida o muerte” para las personas que los necesitan. Pero no profundizó en los proyectos que se necesitan para salir del círculo de ayudas estatales. “Los planes sociales deben ser universales, es decir, una transición hacia un trabajo genuino”, dijo. Y sugierió “un plan de obras públicas y de viviendas que genere miles de puestos de trabajo”.

Gramajo no se cansó de decir que ningún gobierno dio soluciones a la inflación y a la pobreza. Por lo que la candidata del Frente de Todos Sandra Mendoza le recriminó que “es muy fácil criticar a los que están gobernando”. Gramajo contaba que ella tuvo que “andar por los merenderos “ y que allí “ni siquiera había para comer polenta”. “En plena pandemia nos han dejado solos”, dijo mirando a Mendoza, quien acababa de contar que durante la pandemia había asistido a los comedores. Pero Gramajo insistió: “nosotros no hemos recibido nada. No me pueden decir que hay un plan. Ustedes están pensando en el voto”, acusó a la representante oficialista. La reacción de Mendoza no se hizo esperar: “ ¿Y cuál es el plan que tenés vos? ¿Qué harían ustedes?”, le retruca. “Ya te lo expresé: queremos trabajo genuino, plan de viviendas para la gente”, le contestó la dirigente de izquierda.

Gramajo defendió la indemnización por despido porque es una “conquista histórica de la clase obrera”. La mayoría está en negro, asi que “ya rige para las patronales la libertad de despedir”, señaló.

Eligió una frase de Mercedes Sosa: “Toda censura es peligrosa porque detiene el desarrollo cultural de un pueblo “. La eligió porque la cantante “enfrentó la dictadura”. Asegura que “luchaba por todos los desaparecidos” y que decidió exiliarse “cuando desaparecieron sus familiares”, dato que al menos no aparece en la biografía de la cantante, amenazada de muerte por la Triple A por abrazar las ideas comunistas.

Liliana Leiva: "basta de peronismo"

Nahuel Toledo

LA GACETA

Con el foco puesto en la necesidad de impulsar al sector productivo para dinamizar la economía, Liliana Leiva, candidata a senadora nacional en segundo término por Fuerza Republicana (FR), presentó las propuestas que desplegaría en el Congreso en caso de resultar electa. Además de manifestar la necesidad de eliminar la doble indemnización en el mercado laboral, bajar el gasto público y reformar la coparticipación, la dirigente habló de realizar cambios al sistema tributario argentino y avanzar “en una progresiva disminución de las retenciones a las exportaciones” para “fortalecer el comercio exterior y colaborar con las economías regionales”.

Ante la consulta si avalaría alguna legislación para gravar la renta financiera, Leiva se negó tajantemente y recordó que la experiencia vivida en torno a este tema, durante la gestión de Mauricio Macri, “fue malísima”. “No está claro qué es la renta financiera”, dijo la candidata y agregó: “Si una persona hoy realiza un plazo fijo anual, la tasa que recibe es de un 37 % y la inflación supera el 50 %, entonces no existe tal renta financiera”.

En los dos primeros bloques de debate libre, Leiva aprovechó la oportunidad para reforzar estas ideas y declarar que para su partido “es fundamental mejorar la cantidad y calidad de ahorro para alentar la inversión. Con más impuestos e intromisión del Estado en el sector privado no se destraban las fuerzas productivas. Aquí hay que crear condiciones de seguridad jurídica para atraer capitales y no expulsarlos porque sin ellos no puede crecer la economía”. Pero, también interpeló a la candidata del Frente de Todos, Sandra Mendoza, y le preguntó cómo podrá hacer el gobierno Nacional para convertir los planes sociales en empleo registrado. “Tenemos un millón de planes que nos cuestan 529 millones de pesos por día”, le espetó.

En materia económica, la concejala capitalina también dejó en claro dos ideas centrales: la importancia de que el gobierno de Alberto Fernández cuente con un plan económico y además se arribe a un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) por el pago de la deuda externa.

“La situación económica demuestra que necesitamos de manera urgente un programa que estimule el desarrollo y no acordar con el FMI sería un error muy grave. Sabemos que es el usurero más grande del universo, también es sabido que Argentina no es un país confiable y por eso tenemos que buscar cumplir con el acuerdo y evitar caer en default. Un acuerdo sensato para arreglar con el FMI y que cuente con el respaldo del Congreso sería una luz de esperanza”, expresó en torno a este último tema.

Durante su exposición, Leiva eligió confrontar propuesta con la candidata oficialista y a raíz de esto, las chicanas políticas no estuvieron al margen en esta edición de #TucumánDebate. Después de elegir la elegir la frase ‘Sepan que olvidar lo malo también es tener memoria’, del poeta José Hernández, la dirigente expresó: “Debemos tener memoria para lo malo y no olvidar la pobreza, la inseguridad. El daño que nos hacen los peronistas. Basta de peronismo”.