Como todas las mañanas desde hacía más de cuatro meses, Mariela Márquez partió desde Tafí Viejo hacia Yerba Buena. Trabajaba como personal de limpieza en la galería en la que ayer fue asesinada por Gerónimo Helguera. 

Tenía 34 años y era madre de tres chicos: una nena de 8 años, un nene de 11 y una adolescente de 16. Los criaba sola, con el apoyo de sus padres y hermanos. 

Crimen en Yerba Buena: “No entendemos por qué le hicieron esto a ella”

Cuentan que ayer, después del fin de semana largo, regresó al edificio de Aconquija y Peñaloza y que una mujer le había propuesto trabajar unas horas en su casa particular.

Mariela era el único sostén de su familia, que no encuentra respuestas aún para entender el mortal ataque que sufrió ayer en su lugar de trabajo. Sus hijos están ahora a cargo de su madre y de sus hermanas.

La mujer recibió un disparo en la cabeza segundos después de cruzarse con Gerónimo Helguera, al que no conocía.

Peleó por su vida en el hospital Padilla, en donde después de varios intentos por reanimarla, confirmaron su muerte alrededor de las 22.20.