La niña abusada, hoy adolescente, declaró esta semana y debió hacerlo dos veces debido a que se descompuso en una de las jornadas.

Además de relatar los abusos sufridos en casa de Teruel cuando era niña, relató que comenzó a autolesionarse a los 10 años, tras sufrir los primeros abusos por parte de Marcos Lautaro Teruel e indicó que comenzó a tener problemas con sus compañeros del colegio al que se había cambiado recientemente y que había decaído su nivel académico.

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Sostuvo que también sufrió desórdenes alimentarios, como anorexia y bulimia, al igual que desarrolló problemas para dormir. Relató que a lo largo de los años tuvo diversos intentos de quitarse la vida y dio detalles de los abusos que sufrió por parte del acusado.

Además, rememoró que mantuvo una reunión con el padre del acusado, quien le dijo que todos los chicos cometían esa clase de “pendejadas” y le advirtió que no se metiera con su familia, porque él la defendería.

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La joven que hoy tiene 19 años declaro sin la presencia de los imputados en la sala y relató lo ocurrido el día que en se encontró con Lautaro Teruel en el Monumento al general Martín Miguel de Güemes, con el fin de grabarlo para tener una prueba y poder denunciarlo.

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A continuación, el diálogo completo al que tuvo acceso LA GACETA, en 2019:

-Bueno pendeja

-Te escucho

-Te habrás quedado con un par de cosas

-No, yo me remil sorprendí. La verdad que no escuche nada. Estaba de entender qué pasaba. Acabo de entender lo que pasaba. Mi abuela me había dicho que íbamos a cenar, cuando me trajo acá me dijo que alguien quería hablar conmigo. Entonces yo quedé unos quince minutos ahí esperando con ella, y de la nada apareciste vos.

- Si, no era la mejor manera de encontrarnos de vuelta, pero había que hacerlo. En realidad pasó asi, con lo tuyo digamos hace mucho tiempo, como tres o cuatro años, que tengo que pedirle perdón a esa pendeja, porque sí, porque se lo merece. Porque bueno, fue una pendejada. No puedo sacar cálculos de qué edad teníamos los dos, entendés. Entonces, te quería pedir disculpas. El día que te pedí disculpas, dos días antes, una amiga de añares como de 8 o 9 años, nos escrachó en face a dos amigos y a mí; diciendo que habíamos abusado de la mina. A la media hora tenía carteles de amigos que decían violadores; tenía los huevos en la garganta. Fue como una situación muy densa pero cuando me pasó eso, lo primero que pensé fue en vos digamos. En decir: ‘vos querías pedir disculpas’, asi de a ratos; bueno, ahora es la oportunidad de hacerlo. Porque con la mina ésta estuvimos dos de los tres, el único que no estuvo fue el que más la pasó peor digamos. La mina lo tiró, hizo un descargo social de una. Una amiga de toda la vida, que pudo haber levantado el tubo y decir ‘che loco me quiero juntar porque no sé, tengo una visión de lo que pasó esa vez y capaz que ustedes tienen otra, nos juntemos a charlar’. Y no, la mina lo tiró. Gracias a Dios que no se viralizó así fuerte, más con mi apellido podría haber salido sin asco y no fue así. Gracias al cielo y la tierra. De todas maneras lo poco que se viralizó es suficiente para hacerme pingo, me entendés.  Bueno, la vida me dijo: 'ahí está, vaya y pida disculpas'  

- (risas)

- Nada, yo ya tenía la necesidad de decirte, de hablarte. Creo que sí nos hemos visto un par de veces más, en algún cumpleaños, en la calle, no me acuerdo.

-Queda claro que yo vivía yendo a tu casa, antes, digamos

-Sí, sí, seguro. Pero viste que yo después te hablé, tranquilo dentro de todo, digamos, porque por dentro se me reventaba el corazón. Pero dentro de todo estaba tranquilo y yo ya venía de tres días llorando como una china, me entendés. Entonces hablar con vos fue como estar tranquilo, que capaz lo puedas tomar bien, si no ya tendrás otra oportunidad de poder charlar, viste. Pero por eso motivo yo estaba un poco más calmo. Pero antes había estado hecho pingo. Perdí una banda de peso, no comía nada, fumaba todo el día. Entonces, me di cuenta que no quería que le pase a nadie de lo que me pasó a mí, que fue dentro de todo tranquilo. Qué se yo. Si la mina hubiera metido la denuncia es denso pero se arregla ahí, entre nosotros, pero ya que se meta un montón de gente a juzgarte sin tener la más puta idea de lo que pasó ya es como muy duro. Y nada, todo este tiempo que te vi el otro día, me acordaba de tu cara cuando eras pendeja. Y para mí es un bajón porque no tenía otro recuerdo tuyo. Y el otro día que te vi ahí, dije ‘uh está re grande la puta madre’. Pero bueno, a partir de ese día que te puedo recordar así, como estás ahora y no esa sensación chota. Pero bueno era una necesidad de sacarlo y de intentar escucharte, no se boluda. Es una boludez.

- A mí me había quedado la duda de porqué lo hiciste, nada más.

- Qué pregunta

- Tengo la necesidad, digamos

- No se boluda. Era muy pendejo. No sé realmente. No sé cuál es la respuesta al por qué lo hice. Sí sé que cuando lo hice en un momento no estuviste nada, porque si me di cuenta. Nada. Pasaba el tiempo y más me hacía la cabeza. Qué culiado fui. A parte, eras re pendeja. No sé, debés haber tenido… ¿qué habrá sido esto, hace diez años?

- Claro, yo tenía siete, seis

-¿Qué tenés ahora?

-16

- Claro, eras re pendeja. No sé por qué. Yo debía haber tenido 16, 17 también. Pelotudo. De no saber las consecuencias que podía traer después o lo que te podía causar. No sé, capaz que fue tu primera experiencia, me entendés, y fue cualquiera.

- Claro

- Bueno no sé. Ahora me encanta que estés así, grandota. Que se pueda hablar con vos, boluda. Porque no siempre se puede. Menos siempre de arreglar las cosas. O de intentar arreglar. En ese momento no tuvo arreglo digamos, pero ahora soy un poco más grande, lo podemos charlar. Nos podemos juntar. Me podes tirar un mensaje, lo que sea. Como le dije a tu vieja, para vos y para ella yo estoy. Para lo que quieran hablar. Para tu vieja también. Ya sé que es mucho más difícil, pero tampoco me gustaría verle la cara a tu vieja y que sienta que soy un hijo de mil puta. Porque no. Soy moquero, soy mujeriego. Hace una banda que estoy de novio, pero si soy mujeriego. Trato de no echarme moco. Entonces siento que soy un abusador me entendés. Entones es como que, sí lo fui. Y es un bajón saber que sí lo fui. La verdad que es un bajón.