Con la presentación de nuevos indicios, el fiscal Diego López Ávila, de la Unidad de investigaciones de Robos y Hurtos I, acusó a Miguel Antonio “La Gata” Lizárraga, de conformar una asociación ilícita junto con su hermano, Néstor “Tuta” Lizárraga, Juan de Dios López (hijastro de “La Gata”) y otros. La banda se habría dedicado a realizar numerosos escruches en nuestra provincia.

López era uno de los sospechosos que le faltaban al fiscal para seguir añadiendo eslabones a la cadena que, según su acusación, vincularía a los Lizárraga con el clan Caro, otra banda acusada de dedicarse al mismo tipo de ilícitos. Otra pieza de esa presunta conexión sería el joyero Edgardo Bournonville, quien fue aprehendido meses atrás y en cuyo domicilio se encontraron joyas que pertenecerían a algunas de las víctimas.

La captura

López fue detenido el 24 de agosto en Córdoba. Una comisión del Equipo Científico de Investigaciones Fiscales (ECIF) se había trasladado a esa provincia por la investigación de una causa de estafas telefónicas y bancarias. En ese contexto, los investigadores se toparon con Juan de Dios, quien tenía pedido de captura desde mayo por orden de la jueza Carmen López. Los peritos dieron aviso a la Fiscalía y a la Policía cordobesa, que concretó el arresto de López a la salida de una cancha de fútbol. Una delegación del Grupo Cero lo trasladó a nuestra provincia durante la noche del martes y lo puso a disposición de la Justicia tucumana a las 7. Anoche el joven escuchó la formulación de cargos y recibió la medida de prisión preventiva por seis meses.

Reformulación

Y la audiencia de acusación contra López fue también un reencuentro familiar, porque “Tuta” y “La Gata” Lizárraga estuvieron presentes también para escuchar la reformulación de cargos en su contra. López no veía a su padrastro al menos desde el 17 de mayo, cuando lo arrestaron. Ayer los tres se volvieron a ver en Tribunales.

“Estas tres personas, previo acuerdo de voluntades, se asociaron delictivamente para cometer ilícitos contra la propiedad entre febrero y mayo. Utilizaron autos registrados en otras provincias o sin registros. Los Caro aportaban la información sobre los movimientos de la vivienda que luego los aquí acusados desvalijaban”, argumentó López Ávila.

El fiscal explicó que la banda se hizo se de una buena fortuna. En términos del acusador: “esta actividad ilícita les ha generado una ganancia económica muy grande para solventar una posible fuga... Presumiblemente no irán por una condena condicional, los bienes que tienen por resarcir son muy altos”.

Algunos de los golpes

López Ávila recordó los siguientes escruches en los que habrían actuado al menos uno de los tres acusados.

1) El 19 de marzo, en San Pablo, rompieron la cerca de un country e irrumpieron en una vivienda de la que se llevaron U$S 65.000 y $ 3,5 millones. El fiscal sostiene que Juan López quedó registrado por una cámara de ese lugar.

2) El 27 de marzo, a bordo de dos autos que luego serían vinculados en la acusación a los sospechosos, se llevaron de una casa de barrio Bajo Hondo una gran cantidad de joyas, $240.000 y U$S 6.000.

3) El 24 de abril, serían “La Gata” y otros desconocidos quienes robaron $70.000, U$S 200 y una notebook de en una casa de Yerba Buena y luego huyeron a bordo de auto, que ya fue secuestrado.

4) Según el fiscal, los tres acusados y otras dos personas aún prófugas habrían robado de una casa de barrio Ciudadela $ 640.000, U$S 230, joyas y relojes importados. Los ladrones habrían quedado registrados por una cámara de seguridad.

Los tres acusados negaron los hechos en su contra y sostuvieron que “todo es un invento de la Policía”. Los defensores Manuel Pedernera y Ernesto Baaclini no tuvieron éxito en rechazar el planteo fiscal. El juez Eduardo González dio lugar la nueva formulación y ordenó la preventiva de Juan López por seis meses.

Complicaciones: la audiencia tuvo varias demoras

Se sabía que la audiencia de ayer sería extensa. El fiscal Diego López Ávila tenía varios hechos por acusar y una enorme lista de evidencias para fundamentar. Pero surgieron dos imprevistos. Por pedido de los defensores Ernesto Baaclini y Manuel Pedernera, Miguel “La Gata” Lizárraga fue traslado del penal de Villa Urquiza a tribunales cuando ya se había iniciado el debate para escuchar las acusaciones en su contra. El juez Eduardo González se vio obligado a solicitar un cuarto intermedio porque estaba atendiendo un expediente de ablación de órganos. “Pido disculpas por haber cortado el debate, pero era una situación que no podía tener demoras y de suma importancia”, señaló.