El votante de Juntos por el Cambio no podría estar más contento después de ver el debate. El mensaje fue transparente.

“Somos diferentes y no tenemos temor en decirlo”. Simple y contundente mensaje. Le hablaron al oficialismo que había maquillado ante las cámaras sus profundas grietas. Y buscaron que, dentro del espacio, nadie los confunda.

Germán Alfaro y Beatriz Ávila destacaron su gestión y su ambición de poder y esquivaron los mandobles por la supuesta candidatura testimonial y por su paso al costado del bloque macrista.

Mariano Campero e Indiana Mendilaharzu se mostraron como los noveles y distintos, pero recibieron golpes por el riesgo de desobedecer al pueblo ante la hipótesis de dejar las intendencias.

José Cano y Sandra Manzone se apoyaron en sus trayectorias y fueron feroces (especialmente la ex concejala) en la crítica.

Los electores de Cambiemos escucharon la música que querían oír en el momento de las propuestas y de fijar posiciones. para el futuro. La sorpresa fue el descontrol, en el último minuto, de Alfaro, que manchó su desempeño previo.