Lionel Messi era una promesa de sólo 18 años cuando el entonces DT de la Selección Argentina, José Pekerman, lo mandó a la cancha para que hiciera su debut ante Hungría, en unos amistosos de preparación con miras al Mundial de Alemania. Sin embargo, las cosas no salieron según lo esperado.

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Un jovencito "Lio" ingresó a los 18' del ST, en lugar del delantero Lisandro López. Pero el rosarino no tuvo tiempo siquiera de mostrar una pincelada de su magia. El "Pulga" tocó por primera vez la pelota y quiso encarar, pero el mediocampista Vilmos Vanczák lo tomó de la camiseta. Messi, presa de la inexperiencia, respondió con un manotazo. Y el árbitro no dudó en sacarle la roja. 

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Así, a sólo 45 segundos de haber pisado el verde césped, quien un par de años más tarde se convertiría en el mejor futbolista del mundo se marchaba hacia el vestuario.

No fue el debut ideal, por supuesto, pero Messi sólo estaba comenzando a escribir una larga historia con la camiseta albiceleste.

En estos 16 años, el zurdo disputó 151 encuentros con la Selección; estuvo cuatro veces en el Mundial y seis en la Copa América.

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En total, anotó 76 tantos, por lo que es el máximo goleador histórico del combinado nacional (superó a Gabriel Batistuta); además, aportó 47 asistencias. Y se dio el gusto de encabezar el equipo que ganó la Copa América en Brasil, luego de casi tres décadas de sequía.

Además, Messi había encabezado el Sub-20 que se llevó el título en Holanda 2005, y la medalla dorada en los Juegos Olímpicos de 2008.