El videojuego Free Fire tomó trascendencia ayer luego de que la Policía localizara a una niña que, según se investiga, estaba a punto de ser captada por una red de trata a través de esa plataforma. Se trata de uno de los juegos más populares entre niños, adolescentes, jóvenes y adultos que disfrutan de los entretenimientos digitales. Es gratuito, pero también tiene una faceta comercial en la que se pueden comprar accesorios para un personaje mediante un pago con tarjeta.

Engaños en la red: los juegos, otro cebo de los captadores de redes de trata

Free Fire es uno de los juegos de supervivencia más elegidos en el mundo. Se descarga gratis en la mayoría de los dispositivos. El usuario comienza una partida en línea con 50 participantes de todo el planeta y selecciona un personaje o avatar, el cual se puede ir personalizando a medida que avanza el juego.

Cuando comienza la ronda, el personaje llega a un mapa en el cual, como el objetivo del juego lo indica (supervivencia), debe proveerse de armas, municiones y toda clase de equipamiento para sobreponerse y eliminar a sus rivales. También cuenta con elementos de camuflaje que están distribuidos a lo largo de la pista.

Trata de personas: “Los niños no están haciendo algo malo, son víctimas”

Con el fin de darle celeridad al juego, a medida que pasa el tiempo, el mapa comienza a marcar una “zona segura” que lentamente va achicándose para forzar los enfrentamientos entre jugadores y que la ronda no se extienda ilimitadamente. La partida puede jugarse individualmente, en dúo o en escuadra.

La mayoría de los videojuegos multijugadores hoy se complementan con algunas aplicaciones. Una de ellas es Discord, una especie de llamada on line en la que los participantes intercambian bromas o datos de la partida para sacar ventaja. Twitch, por otro lado, es un ciber espacio donde los jugadores comparten sus partidas grabadas con otros jugadores, y donde pueden encender sus cámaras para darse a conocer. Al igual que el Free Fire, otros juegos como el Among Us o el Fall Guys son muy populares entre los más chicos. Expertos recomiendan hablar con los niños sobre los riesgos de estos foros y no caer en prohibiciones. “Los chicos no están haciendo algo malo, son víctimas de los ciberdelincuentes”, explica José Farhat.