El Arzobispo de Tucumán, Monseñor Carlos Sánchez, volvió a celebrar la misa, luego de haber estado internado, grave, por coronavirus.

Minutos antes del final y de la bendición, el sacerdote agradeció al personal sanitario que lo asistió.

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"Quiero agradecerles el cariño, la oración que se han hecho sentir mientras me ha tocado estar trepado en la cruz con Jesús esta Semana Santa. Quiero agradecerles a toda la Iglesia Diocesana, a todos los tucumanos que me han expresado, también, sus oraciones, cariños y afectos. Igualmente por todos los que están enfermos, como por todos aquellos que cuidan a los enfermos", dijo el Arzobispo. Y agregó: "Quiero agradecer de forma particular a todo el equipo de Terapia del Centro de Salud, que con tanta calidad, no solo a mi sino a todos los enfermos, que nos han cuidado, nos cuidan de una manera maravillosa”. Y entonces acotó: "No se han relajado. No se han relajado. Al contrario, están exponiendo sus vidas de forma permanente y con una caridad, maravillosa"

"Quiero agradecer profundamente a todos los que están trabajando en salud y están arriesgando sus vidas y la de sus familia. A los enfermeros, a los médicos, a los de limpieza, A los kinesiólogos, cuantos y cuantos más. Esto, muchas gracias. Y gracias, porque es a Cristo mismo al que se presta este servicio y con cuanto cariño", expresó.

El monseñor incluso llegó a llorar, cuando recordó que un tucumano, con el que compartió habitación en el hospital, falleció. "Ayer falleció el que estaba al lado mío, en la misma habitación que yo. Daniel, de allá de Tafí del Valle. Y bueno, uno deja, uno queda y el otro se va", dijo.