Agradeciendo al Sr. Raúl Courel su respuesta publicada el 14/3/21 con el título “Singularidad” debo aclarar que cuando me referí al ateísmo de Stephen Hawking no tuve la intención de poner énfasis en sus convicciones espirituales que respeto completamente. Pero creo que tal señalamiento resulta esencial para discernir si, para ese científico, son o no compatibles el punto de vista de la ciencia y de la teología sobre el origen del universo. Ateo confeso, Hawking hubiera incurrido en una contradicción manifiesta admitiendo tal posibilidad. Para él, en mi opinión, no habiendo un Dios no hay creación alguna y por lo tanto no admite la compatibilidad entre la mirada de la ciencia (¿su ciencia? ...) y el postulado teológico sobre el origen de lo existente.

En su libro La Teoría del Todo, haciendo referencia a la quinta conferencia sobre el origen y el destino del universo brindada en El Vaticano en 1981, entre otras cosas Hawking dice “ …Mientras el universo tuviera un principio que fuera una singularidad, se podría suponer que fue creado por un agente exterior. Pero si el universo es en realidad completamente autocontenido, si no tiene frontera o borde, no sería ni creado ni destruido. Simplemente sería. ¿Qué lugar habría, entonces, para un Creador?” (pág.108). El libro finaliza con el tratamiento de la séptima conferencia dedicada a la Teoría del Todo. Allí el destacado físico expresa que si se descubre una teoría completa que explique por qué existe el universo ello sería el triunfo definitivo de la razón humana, pues entonces conoceríamos la mente de Dios (pág.139). En la nota de mi autoría que el Sr. Courel responde y que se publica como addenda (LA GACETA Literaria, 14/3/21) ya expuse que el Sr. Hawking aclaró eso de la mente de Dios. Dijo que quiso expresar la hipótesis de que Dios existiera (no que para él exista realmente - la acotación es mía).

Es obvio que estando relacionados el Big Bang y la creación con el origen del Universo hay una convergencia entre la mirada de la ciencia y de la teología en el tiempo (aunque yo diría que no es tan así dado que, para el punto de vista teológico, la singularidad de algún lado salió). El científico creyente puede admitir la narración religiosa pero no así el ateo.

Por ello, con independencia de la libertad del investigador para seleccionar las fuentes de su trabajo, opino que, si las conclusiones de un autor resultan compatibles con las miradas de la ciencia y las de la teología respecto del origen del universo, no es apropiado que tales conclusiones se apoyen en el pensamiento de quien, precisamente, niega la raíz del punto de vista teológico (esto es, la existencia de un Creador).

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EDUARDO NIETO - TUCUMÁN