Formosa se ha transformado en un problema para el Gobierno con el que comparte partido. La provincia comandada desde 1995 por el justicialista Gildo Insfrán puede darse el lujo de decir que es la que menos caso de coronavirus tuvo desde que se desató la pandemia, con 1.309 infectados y 21 muertos. Así y todo, las políticas sanitarias y la brutal represión transmitida en directo el viernes luego del anuncio del regreso a Fase 1, tras detectarse 23 nuevos casos, provocó un cisma en el seno del Gobierno de Alberto Fernández, que se vio obligado a repudiar lo sucedido.

Formosa ya había sido noticia, y no precisamente de las buenas, por las extremas condiciones de aislamiento a las que son sometidas las personas que resultan positivas tras los análisis de covid. Esto derivó en el repudio por parte de organismos de derechos humanos e incluyó la visita de funcionarios de la ONU para certificar las denuncias de los mismos formoseños.

Ayer, a más de 24 horas de la violenta represión policial contra quienes marchaban manifestándose contra el regreso del ASPO, Fernández debió hablar. “Nos preocupa la violencia institucional, lo estamos analizando. Ya hemos expresado nuestro malestar por la forma en que se han desarrollado los actos que no compartimos en lo más mínimo”, sostuvo el mandatario en el marco de la Fiesta de la Vendimia, en la localidad mendocina de Luján de Cuyo. Fernández también dijo que dialoga habitualmente con el Gobierno de Formosa y que siguen la situación con mucha preocupación. “Estamos conversando con el Gobierno y monitoreando cómo siguen las cosas. Lo vivimos con mucha preocupación. No he hablado aún con Insfrán”, manifestó. Las palabras del Presidente llegan luego de haber considerado al eterno gobernador formoseño como uno de los mejores del país, cuando se produjo la crisis por el escandaloso aislamiento de los pacientes que denunciaban condiciones infrahumanas.

Voces críticas

Los hechos de violencia generaron el repudio de varios organismos de derechos humanos, como Amnistía Internacional Argentina. “Las personas tienen derecho a la protesta social. El Estado debe garantizar el derecho a manifestarse y tomar los recaudos necesarios para asegurar que las fuerzas de seguridad se conducirán de acuerdo a los estándares internacionales”, manifestaron en un comunicado.

Santiago Cafiero, jefe de Gabinete, también debió salir a repudiar los incidentes. “El Estado debe garantizar la libre expresión pacífica de la ciudadanía. En momentos de angustia colectiva tiene que primar la serenidad. La violencia nunca es el camino. Y mucho menos la violencia institucional”, sostuvo.

Algo similar dijo Sabina Frederic, la ministra de Seguridad, en su cuenta de Twitter: “rechazamos la represión a toda manifestación pacífica, así como nos oponemos a la restricción a la libertad de expresión. Nuestra obligación es fortalecer las instituciones y reducir la violencia. La seguridad democrática es efectiva cuando protege los derechos de todas y todos”, afirmó. Incluso el dirigente social Juan Grabois, muy cercano al Gobierno, rechazó lo sucedido. “La represión en Formosa fue salvaje y desproporcionada. Quienes sufrimos la represión en distritos macristas que los medios silencian, justifican o relativizan, no podemos callar frente a esto, aunque el gobernador sea del FdT. Los conflictos no pueden abordarse así, nunca”, dijo.

La Iglesia se sumó al repudio. La Conferencia Episcopal Argentina remarcó: “es preciso adoptar todas las medidas sanitarias que sean necesarias para combatir la covid-19, dentro de la razonabilidad y conforme al contexto de su circulación, pero de ninguna manera puede aceptarse el ejercicio de cualquier forma de represión violenta contra ciudadanos que reclaman por la plena vigencia de sus derechos humanos y sociales”.

Anoche, cientos de manifestantes se preparaban para una nueva protesta, pero la Policía había colocado barricadas (ya con la vigencia de la vuelta a Fase 1) y evitaba que llegaran hasta la Gobernación sin que en principio se produjeran nuevos incidentes.

Repudios:

Alfredo Cornejo
“Con represión y violación de los derechos humanos, así actúa la dictadura de Gildo Insfrán mientras el gobierno de Alberto Fernández lo protege”.

Patricia Bullrich
“Presidente: reprimen y tiran con balas de goma a los formoseños, que le exigen a Gildo Insfrán poder trabajar. Espero que la Justicia actúe. ¿Hasta cuándo va a permitir estos atropellos?”

Lidia Ascárate

“Haciendo un uso desmedido de la fuerza, usando gases lacrimógenos y balas de goma se reprimió y se detuvo a cientos de personas que se manifestaron en contra de las medidas del Gobierno provincial”.

ADEPA
“En Formosa continúan las limitaciones a la circulación y el ingreso de personas al territorio provincial, así como su salida, a lo que se suma un régimen de aislamiento cuestionado por organismos nacionales e internacionales”.

Encendida defensa

El lunes, en la apertura de sesiones parlamentarias, Gildo Insfrán había defendido su política sanitaria. “No escatimaron en manipular información, engañar con generalizaciones falsas y ocultar la realidad de la provincia desde una mirada sesgada. Otros intentaron explicarnos desde la distancia y el fracaso cómo debíamos hacer las cosas. Mal pueden venir a enseñarnos quienes nunca tuvieron la humildad necesaria para aprender. La vida de un solo comprovinciano vale más que todas sus operaciones y mentiras juntas. Tenemos espalda suficiente para resistir todos los ataques. No vamos a aceptar que le falten el respeto al pueblo formoseño”, aseguró.