La posibilidad de sesionar de manera virtual en caso de ser necesario, si se produce un brote de covid-19 en el Concejo Deliberante, generó rispideces entre los concejales aliados al intendente Germán Alfaro y la oposición. La disputa política emuló la que se produjo en el Congreso.

La discusión, que requirió que los concejales voten la interpretación de un artículo del reglamento, ocurrió momentos después de que asumiera la alfarista Sandra Miranda y se transmitiera parte de la sesión por videoconferencia para que puedan observarla el ex gobernador y papá de la edila, Julio Miranda.


Internet caído

Cuando comenzó la sesión, los concejales aprobaron por unanimidad el decreto que había firmado el presidente del cuerpo, Fernando Juri, para licenciar a Alfredo Toscano del Concejo y pudiera asumir como secretario de Obras Públicas municipal.

Trascartón, los ediles aprobaron el pliego de asunción para la nueva titular de la banca. En el recinto se había colocado una cámara y una pantalla para transmitir el acto por videoconferencia hasta la casa del ex gobernador Miranda. Una falla del servicio hizo que la transmisión cayera en el momento de la jura y que se recuperara cuando se trataba un proyecto.

“¡Te amo, viejo!”, fue el saludo de la concejal en funciones para su padre. “Es nuestra obligación generar cambios para lograr la inclusión y combatir la desigualdad a través de un estado comprometido. Como dijo Eva Perón, donde existe una necesidad, nace un derecho. Mi compromiso será trabajar por la plena vigencia de los derechos humanos”, fue el corolario del discurso que brindó la nueva concejal.


Virtualidad

Los concejales ya habían aprobado por unanimidad la adhesión a la ley nacional de donación de plasma de personas recuperadas de covid; la exención de tasas municipales a agencias de turismo; y la creación de una comisión para llevar adelante una experiencia de separación de residuos, cuando comenzó el pleito.

Los ediles aprobaron el tratamiento sobre tablas de un proyecto de resolución que autorizaba al Concejo, en casos excepcionales, a sesionar y a realizar comisiones de manera virtual.

Los alfaristas Agustín Romano Norri y José “Lucho” Argañaraz objetaron que se autoricen las sesiones virtuales cuando en un acuerdo previo se habría acordado de palabra permitir sólo las reuniones virtuales de comisión. “¿Los médicos trabajan con normalidad y nosotros no podemos sesionar con la distancia social garantizada? Se está faltando a un acuerdo político de palabra”, protestó Romano Norri y dijo que se requería de una mayoría especial. “Fue un error de ustedes por habilitar el tratamiento del proyecto, se aprueba por mayoría simple”, respondió Juri. David Mizrahi (PJ), pidió que se vote la interpretación del reglamento. La oposición se impuso: si se votaba, el proyecto se aprobaría por mayoría simple.

Sara Assán (PJ) se ofuscó con el planteo del alfarismo: “esta norma no tiene que ver con los ediles que estamos en el recinto, que llegamos hasta acá en autos particulares y sin exponernos, sino para no exponer al personal del Concejo, a la prensa, quienes se trasladan hasta aquí en transporte público”. “Estamos habilitando una herramienta para usar en caso de ser requerida”, argumentaron Eduardo Verón Guerra y Ramiro Ortega (FR).

Ernesto Nagle, titular de la bancada peronista, pidió que se vote de manera nominal. Cuando habían votado ocho ediles, Nagle pidió un cuarto intermedio. Argañaraz, ofuscado, había dicho que habían pecado de inocencia al creer en la palabra del peronista. Tras una casi una hora de cuarto intermedio, se autorizó la vuelta a comisión de la propuesta. La virtualidad no tuvo acuerdo en el Concejo.