En el marco del proyecto del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) “Intensificación sostenible de sistemas hortícolas”, con la participación del sector productivo de Lules y el equipo interinstitucional de la Agencia de Extensión Rural (AER) Lules -dependiente de la Estación Experimental Agroindustrial Famaillá-, se está avanzando en la validación del protocolo de manejo sostenible en el cultivo de pimiento.

El ensayo se desarrolla en un lote en el predio de un productor hortícola modal, arrendatario de una hectárea en el departamento Lules. Durante una primera etapa se trabajó en el proceso de validación del protocolo de monitoreo de artrópodos (plagas y benéficos). Los monitoreos se realizaron con una frecuencia semanal, basados en la observación directa sobre el cultivo y con lupas de campo de 60x.

En cuanto a las especies plaga y enemigos naturales, se determinó presencia/ausencia, identificación y cantidad. Sobre la base de esta información, y teniendo en cuenta el umbral de daño económico de cada plaga, se tomó la decisión de controlar o no la plaga, la oportunidad (momento) y el método más adecuado.

Las observaciones se realizaron dividiendo la planta, según fase fenológica, hasta en tres estratos: superior, medio e inferior; y en órganos como flores, frutos y brotes.

Como resultado, hasta el momento, se obtuvo las curvas de dinámica poblacional de las principales plagas del cultivo de pimiento en Lules: moscas blancas (Bemisia tabaci), pulgones (Myzus persicae, Aphis gossypi) y complejo de trips (Frankliniella occidentalis, F. schultzei y Trips tabaci).

“Se recomienda tomar medidas de control de cada plaga cuando se alcanzan los siguientes niveles de tolerancia: cinco moscas blancas (adultos y/o ninfas) promedio por hoja, ocho pulgones (ninfas y/o adultos) promedio por hoja y un trips (adulto o ninfa) promedio por flor”, explicó Germán Alderete, de la AER Lules.

Entre los artrópodos benéficos relevados, indicó que se destacaron los polinizadores como p.e. abejas y abejorros y los depredadores como Eriopis connexa (vaquita), Cycloneda sanguinea (vaquita roja), Harmonia axyridis (mariquita), Hippodamia convergens (vaquita de San Antonio), Chrysoperla externa (crisopa), chinches y arañas.

“Con la frecuencia de monitoreo implementada y la incorporación de bioinsumos, se logró una protección satisfactoria del cultivo y disminuir las aplicaciones de productos fitosanitarios de base sintética hasta en un 35%”, precisó.

Desafíos

En cuanto a los desafíos, señaló que el plan contempla la capacitación, el acompañamiento y el inicio de diálogo con pequeños y medianos productores, el vínculo entre los resultados de monitoreo y las recomendaciones técnicas -que se discuten de manera semanal con el productor-, la verificación y la validación del proceso.

“Esta experiencia está relacionada con el manejo integrado de cultivos con enfoque agroecológico, tecnología innovadora para la zona y factible de aplicar en sistemas intensivos y de alta inversión, como el hortícola. En este sentido, se lograron avances metodológicos y en el proceso de asistencia técnica, integrando las capacidades del equipo y del productor”, dijo el especialista del INTA.

Por último, Alderete destacó que la AER Lules promueve -de manera articulada con integrantes de la cadena hortícola- el uso, el ajuste y la adopción de nuevas tecnologías necesarias para avanzar en el crecimiento y en el desarrollo de la horticultura en la región. “La pandemia de covid-19 está demostrando la importancia de la producción local de alimentos. Por ello, las instituciones unimos esfuerzos para fortalecer este tipo de emprendimientos”, expresó.