Conmovió al mundo

El 25 de mayo de este año en Minneapolis, Estados Unidos, falleció George Floyd cuando un policía se arrodilló sobre su cuello mientras lo arrestaban aparentemente por entregar dinero falso. Las protestas por el hecho considerado como un abuso de poder de las fuerzas policiales se multiplicaron en canchas de fútbol (abajo, el Besiktas turco formó las iniciales de Floyd) y básquet (arriba Zaragoza Básket formó con la rodilla hincada), entre otros ámbitos.


En Portugal

En febrero, Moussa Marega, francés de origen maliense, abandonó el partido que su equipo Oporto jugaba en casa de Vitoria de Guimaraes. Luego de marcar el gol del triunfo por 2-1, Marega se hartó de los gritos de mono y los cánticos racistas que provenían de las tribunas.


El origen en México 1968

Cuando Hamilton celebró su primer triunfo del año en Austria, subió al podio y al tiempo que celebraba también protestaba. El doble mensaje con el brazo derecho en alto y su puño cerrado trajo a la memoria los Juegos Olímpicos de 1968 en México, con más precisión al podio de los 200 metros de atletismo. Los estadounidenses Tommie Smith y John Carlos, oro y bronce respectivamente, hicieron el mismo gesto para expresarse en contra del trato que la población negra recibía en Estados Unidos. Cuenta la historia que Carlos olvidó sus guantes por lo que Peter Norman, el australiano que había ganado la medalla de plata, les sugirió que usaran solamente uno en una mano. Los tres recibieron sanciones por parte del Comité Olímpico Internacional porque las reglas prohiben cualquier declaración política en los Juegos.


Mandela

El sello lo puso la ovalada

Cuando Nelson Mandela, en ese entonces presidente de Sudáfrica, le entregaba la Copa del Mundo de rugby al capitán de los Springboks, François Piennar, y le estrechaba la mano los recuerdos del apartheid y la segregación racial que ese sistema causó entre 1948 y 1993 en tierras sudafricanas quedaron en el olvido. La imagen daba cuenta de la historia: dos razas unidas finalmente en el mismo país. El lema propuesto por Mandela “un deporte, un país” fue tan exitoso que fueron los campeones mundiales.


Ni el oro evitó la discriminación

En los Juegos Olímpicos de Roma de 1960 Cassius Clay ganó la medalla de oro, pero poco importó en los Estados Unidos. Cuando se negaron a servirle en un restaurante de Lousiville, su ciudad natal, tiró la medalla al río. De ahí en más cambió su nombre a Muhammad Ali, se convirtió al Islam y se negó a participar en la guerra de Vietnam por lo que fue despojado de sus títulos y su licencia de boxeador. Fue siempre defensor de los derechos civiles de las minorías negras.