El origen de los U$S 60.000 que el padre Oscar Juárez le dejó a uno de sus hermanos para que se los guardara, un día antes de que fuera asesinado, generó muchas preguntas entre los investigadores. El martes, los familiares del religioso pusieron ese dinero a disposición de la Justicia y esta investigará si pudo haber sido el móvil del crimen.

En la plaza Primero de Mayo, de Villa Luján, los vecinos entrevistados por LA GACETA opinaron sobre los hechos y los detalles de la investigación del crimen del parroco.

“No hacía falta ir a la iglesia para conocer al padre Oscar; él siempre fue de este barrio y una persona muy comprometida con la solidaridad. Esto fue una tragedia. Tanto él como el padre Enzo sostenían un comedor durante la pandemia. Juárez colaboraba mucho con la gente pobre”, explicó María M. González, una comerciante de la zona que no ocultó su asombro sobre la suma de dinero que hoy se analiza. “El tema de la plata nos sorprendió a todos; si ese dinero es del padre, me impresiona. No lo sé realmente, pero nunca imaginé que la Iglesia podía manejar esa plata; a lo mejor hay otra explicación”, consideró.

Marcela Roldán, por su parte, advirtió sentirse desconcertada con lo que salió a la luz sobre el homicidio del párroco. “Se dicen muchas cosas y a la vez no se dice nada. Seguimos el caso a través de LA GACETA; se ve que la Justicia está trabajando en el caso, pero todos los días surge algo nuevo sobre el padre y el acusado; la verdad no sé cuál de las teorías es correcta”, analizó. La vecina tampoco pasó por alto el asunto de los dólares cuyo origen la Justicia analizaría. “Esa es la nueva polémica para el caso. La verdad, no sé si un sacerdote puede ahorrar tanta plata, pero algunos creen que puede ser dinero de una herencia”, enfatizó la vecina, quien se reconoce como una católica practicante que no frecuentaba mucho el templo donde ocurrió el crimen. “La verdad es que yo suelo asistir a la parroquia de Nuestra Señora de Luján; sí fui a San Martín de Porres algunas veces; lo ubicaba al padre Juárez pero no lo conozco mucho. Sí puedo decir que todo el mundo me dice que fue una excelente persona”, agregó.

El comerciante Esteban Riaño fue uno de los pocos que no tuvo inconveniente en explayarse sobre el dinero entregado como un posible elemento de prueba a la fiscalía de Homicidios, que conduce Adriana Giannoni. “Se tiene que investigar de dónde salió esa plata; si los familiares del cura no lo saben hay que averiguar el origen para despejar las dudas del crimen. De repente puede que se trate de sus ahorros de toda la vida; no es tan descabellado si pensamos en que el padre era un hombre de casi 70 años que, por lo que me contaron, enseñaba en Roma”, indicó.

Milagros Peña discrepó con la idea de que rastrear la procedencia de la divisa norteamericana sea lo primordial. “No puedo opinar sobre el tema de esa plata, lo que sí tengo que decir es que el padre Oscar era un hombre muy correcto. Que se investigue el origen de ese dinero está bien, pero creo que no es lo más importante hoy; hay una persona detenida hace días (Jorge Leonardo Herrera) a la que supuestamente le encontraron una navaja y ropa con sangre; me parece que el estudio (genético) de esas cosas era lo primero que había que hacer para determinar si al menos arrestaron a la persona correcta”, manifestó.

Finalmente, Francisco Velázquez fue más cauto y consideró que la paciencia será importante para que se encuentre una respuesta a los interrogantes. “Muchas cosas que se dijeron son una falta de respeto hacia la víctima, que era conocido por ser un buen hombre que ayudaba a los necesitados. Ahora surge de repente una importante suma de dinero; no sé realmente cuál puede ser su origen y creo que esto lejos de aclarar el caso puede estar sembrando más dudas”, sintetizó.


La detención

Algunos vecinos de la plaza de Villa Luján no olvidaron señalar que la detención de Herrera, quien está acusado de haber asesinado al sacerdote, se concretó en la esquina de Mendoza y Necochea.

“Es un dato que no se mencionó mucho, pero al detenido lo arrestan en esta esquina en realidad. Le cruzaron un auto y de ahí se bajaron unos policías con chaleco. Después vimos en las noticias de qué se había tratado todo”, describió María González. Marcela Roldán también recordó ese hecho: “al principio pensé que había sido un choque. Un auto se le cruzó en el camino y lo obligó a frenar. Al ratito aparecieron dos camionetas de la brigada y le cortaron la salida. Se bajaron a detener al chico que manejaba un auto blanco. Todos salieron a ver que pasaba”, cerró. (Producción periodística: Santiago Re)