En plena reapertura gradual del país tras semanas de cuarentena y medidas de aislamiento social intermitentes y desparejas, Estados Unidos superó hoy los 100.000 muertos por coronavirus, sin llegar aún al esperado pico de la pandemia a nivel nacional.

Después de un fin de semana largo con playas y parques abarrotados de gente que despertó las alertas de expertos y autoridades, un informe científico advirtió que la curva de la pandemia sigue en ascenso en al menos la mitad del país y ayer, el ex director de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, en inglés) Scott Gottlieb informó sobre un alza en las internaciones en 10 estados.

Es el caso de Florida, uno de los estados que comenzó a reabrir su economía y su vida diaria bajo la presión expresa del presidente Donald Trump, registró una cifra récord de muertes diarias: 60. En total, el estado ya suma más de 52.600 casos confirmados y más de 2.300 muertos.

El conteo de la Universidad de Johns Hopkins llegó hoy a los 100.047 decesos y a cerca de 1,7 millones de contagios en todo el país.

En una entrevista con CNN, uno de los principales y más respetados expertos del gobierno de Trump, el doctor Anthony Fauci, aseguró que un rebrote -en los estados donde el pico ya pasó- "no es inevitable", sobre todo si la sociedad no cumple con las precauciones de distanciamiento social e higiene que proponen los especialistas.

"La gente que está afuera jugueteando tiene que entender que cuando hace eso y no ve un efecto negativo inmediato en una semana, eso no significa que debe estar confiado. El efecto de transmisión no se ve en dos, tres o quizás más semanas", advirtió Fauci.

Sin embargo, Trump sigue negándose a usar un tapabocas y defendiendo tratamientos suspendidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y expertos en Europa, como la ingesta de hidroxicloroquina, un medicamento para la malaria con contraindicaciones para pacientes de Covid-19.

Otra cuestión sanitaria que cada vez preocupa más en Estados Unidos es que con el aumento dramático del desempleo millones de personas han perdido su seguro médico y no tienen recursos para contratar uno nuevo.

A diferencia de otros países que concentraron la gestión sanitaria de la pandemia en su sistema de salud pública, Estados Unidos no posee esta estructura y su población está acostumbrada a evitar los hospitales y largas internaciones para no contraer deudas de miles de dólares. (Télam)