El estado del edificio donde funciona el Concejo Deliberante de Yerba Buena quedó nuevamente en debate luego de la viralización de una serie de fotografías. Las precipitaciones de la semana pasada provocaron daños en los techos y filtraciones en las oficinas de algunos de los 10 concejales. Pero los problemas del inmueble de dos plantas, ubicado en avenida Solano Vera al 100 van mucho más allá: comprometen la integridad del personal y el resguardo de la documentación pública.

El propio presidente del cuerpo legislativo, Rodolfo Aranda (Juntos por el Cambio), reconoce que se incumplen las normas de seguridad. Sostiene, sin embargo, que actualmente no existe un edificio en la ciudad que cumpla con las características que necesitan para funcionar de manera adecuada y segura.

ARCHIVO INSÓLITO. Un mueble con documentación tuvo que ser colocado en el interior del baño ante la falta de espacios en el edificio.

El edil invitó a LA GACETA a recorrer el edificio de dos plantas, que nació como una galería comercial pero que desde 2003 es alquilado para que funcione allí el Concejo Deliberante. Oficinas de nueve metros cuadrados donde trabajan hasta cuatro empleados; un archivero con documentación dentro del baño de mujeres; precarias instalaciones eléctricas; un aire acondicionado de pared cuya salida de calor da al interior de la oficina de otro concejal; techos de machimbre o de placas de telgopor; y pasillos apretados de 60 centímetros con paredes de durlock. Esas son algunos de los detalles que más resaltan durante la travesía por el inmueble por el que se abona un alquiler de $ 70.000.

Mobiliario en el sanitario

En el Concejo de Yerba Buena cuenta con 34 empleados (distribuidos hasta en tres turnos), pero sumando a los concejales y colaboradores en la sede se desempeñan a diario unas 100 personas. Los trabajadores más memoriosos señalan que en la planta baja del edificio antes funcionaba un bar. Ahora, en cambio, hay cinco oficinas, una de las cuales fue cedida a la Defensoría del Pueblo. La carencia de espacios, de iluminación natural y de ventilación en la mayoría de ellas contrasta notablemente con la buena predisposición que muestra el personal.

ESPACIOS REDUCIDOS. Algunas oficinas tienen nueve metros cuadrados, escasa ventilación y en ellas trabajan entre tres y cuatro personas.

Sin dudas la postal más llamativa de la primera parte del recorrido está dentro del baño de mujeres, donde se colocó un archivero con documentación frente al inodoro por la falta de espacios. Aprovechar cada rincón es casi una obligación forzada.

Fallas en altura

Antes de pasar al primer piso, Aranda remarca que el inmueble tampoco cuenta con un ascensor, lo cual limita el acceso a los adultos mayores y a las personas con discapacidades motrices. Hay que subir un total de 18 escalones para llegar a la planta alta. Allí están las oficinas de los 10 concejales con sus respectivos antedespachos.

AIRE CALIENTE EN VERANO. La salida del aire acondicionado de la oficina de un edil da al antedespacho del concejal Casanova (PRO).

Arriba, la suerte de cada edil varía según el ala que le haya tocado. Algunos despachos son luminosos y ventilados, con paredes de ladrillos, mientras que otros están divididos por paredes de durlock y llegar a ellos requiere de encogerse de hombros para caber en los estrechos pasillos. Todos los ediles, sin embargo, cuentan con la misma problemática: la falta de mobiliario, de computadoras y de impresoras. Estos elementos, en su mayoría, son aportados por ellos mismos.

Obstáculos e inseguridad

Las oficinas más precarias son las que tienen los ediles debutantes Alejandro Sangenis (Vecinos de Yerba Buena) y Guillermo Casanova (PRO). El concejal peronista fue muy crítico con el estado del inmueble. Opinó que no cuentan con la protección necesaria contra incendio. Además, consideró que falta un plan de mantenimiento edilicio y limpieza de canaletas.

Casanova, en tanto, tiene en su antedespacho la salida de un aire acondicionado de otra oficina. Por ello su personal se ve obligado a trabajar en el despacho del edil y a poner un balde en el camino para colectar el agua del equipo. La oficina, sin embargo, no está exenta de problemas: allí se tomaron las fotos que se viralizaron por las filtraciones por las lluvias.

SUEÑO DEL CONCEJO PROPIO. Recuperar los inmuebles de la ex Radio Nacional para hacer la mudanza es una de las prioridades de Aranda.

Aranda, que se desempeñó en mandatos anteriores como director de Sanidad de la Municipalidad de Yerba Buena, sostiene que se dificulta hacer arreglos porque la mayor parte del presupuesto está destinado al pago de salarios. “Hoy estamos en una situación en la que se le está adeudando dinero del a Provincia al Municipio, por lo tanto la remisión del Municipio al Concejo también viene con retraso”, afirma.

Sueño de la casa propia

Uno de los objetivos que se fijó Aranda para su mandato es el de poder recuperar los dos inmuebles donde funcionaba Radio Nacional, mudar el Concejo hacia allá y brindarle a los vecinos un espacio que también puedan usar para el dictado de talleres o de eventos culturales. Se trata de dos casonas en la plaza del Barrio Procrear, en Paraguay y Camino del Perú, que fueron donados a la Municipalidad para que allí funcione el cuerpo legislativo.

En un recorrido rápido, Aranda muestra a este diario y a los ediles Casanova y Gonzalo Cisneros (Fuerza Republicana) el estado de los edificios y contó cuáles eran sus proyectos. “A pesar de eso no llegaríamos a cubrir las necesidades (dijo que precisan de 18 oficinas), pero sería más amplio y aireado, además de que está a nivel del suelo”, explica.

Durante el paseo, entre pisos polvosos con restos de cintas de grabación y de todo tipo de materiales de la construcción, remarca que profesionales analizaron el estado de los inmuebles y afirmaron que se pueden recuperar. Según se estimó, la inversión para instalarse allí demandará de al menos $ 6 millones, aparte del mobiliario y las computadoras.

Saber de dónde obtendrán los fondos para recuperar el predio todavía no está resuelto. Mientras tanto, los concejales saben que no pueden seguir funcionando en las condiciones que están.