“No vengo a perseguir a nadie ni a quitarle el pan a nadie. Yo también comencé de abajo y sé lo que es no tener. Una vez le pedí prestado $ 50 a mi viejo y olvídate que le devolví. No los tenía”. Esos son algunos de los conceptos que desplegó el electo intendente de Tafí del Valle, Francisco “Pancho” Caliva (Acción Regional), al asumir su cargo. La asunción, que se realizó en la sede del Concejo Deliberante, estuvo precedida por una encendida controversia que se desató con la difusión de una conversación telefónica que supuestamente tuvo el jefe comunal con el edil de la oposición Juan Carlos Rivadeneira (FdT). Durante el diálogo una voz que sería de Caliva intenta persuadir a éste, mediante propuestas de pago de dinero y cargos en la Legislatura, a que vote a favor de una mesa directiva de AR con el evidente fin de tener el control del Concejo. La oferta, según afirma, tenía el aval del titular de la Legislatura Osvaldo Jaldo. Frente a este escándalo, la oposición comenzó a movilizarse con el fin de evitar que Caliva preste juramento. Así la ceremonia que en principio iba a realizarse ayer, fue adelantada para el miércoles. El intendente fue puesto en sus funciones por el presidente subrogante de la Legislatura Regino Amado, quien llegó a Tafí del Valle acompañado del ministro del Interior Miguel Acevedo. La ceremonia se realizó durante una sesión especial del cuerpo deliberativo que contó con la ausencia de la edil opositora Jésica Yapura Astorga. La hija del intendente saliente fue al Concejo, pero se retiró ofuscada insistiendo en que no iba a avalar ningún acto de corrupción. Caliva, tras su juramento, pronunció un discurso desprovisto de formalismos y en el que hizo un insistente llamado al trabajo mancomunado entre empleados, ediles y vecinos. “Apunto a que todos me acompañen porque de esa única forma vamos a salir adelante y llegaremos a la gente que más lo necesita”, dijo. Enseguida advirtió: “si no me ayudan no vamos a crecer”. “Tafí del Valle somos todos”, cerró. Acevedo también habló y dijo que había llegado en nombre del gobernador Juan Manzur y de Jaldo. “Vayan a poner en funciones a Pancho para que en Tafí del Valle reine la institucionalidad y nos pongamos a trabajar, que es lo que los tiempos exigen”, aseguró el funcionario en nombre de Manzur. “Estamos en la perla de Tucumán y les quiero pedir que la hagamos brillar. Dejemos los intereses particulares, los posterguemos -exhortó- en pos del interés general”. Acevedo adelantó que con funcionarios del Ente de Turismo va a ir a instalarse en los valles a fin de colaborar en los distintos trabajos para la próxima temporada veraniega. “El turismo es una de las herramientas que más reproduce la economía y beneficia a los residentes”, apuntó. En el acto también estuvieron el secretario de Políticas Sociales, Alberto Olea y el intendente de Famaillá, José Orellana.

Condena

La asunción de Caliva también fue cuestionada por los ediles opositores Yapura Astorga, Rivadeneira y Sonia del Cármen Saavedra (presidenta del Concejo) en razón de que la condena por homicidio culposo que pesa sobre éste (y que quedó firme tras rechazar la Corte Suprema de Justicia un recurso de casación), lo inhabilitaría para ejercer su cargo. Sin embargo el asesor letrado del municipio, Pedro Paz Bulacio, aseguró que ese fallo de “ninguna manera impide a Caliva hacerse cargo de la intendencia” (ver nota aparte). La asunción del intendente se concretó en medio de un notable despliegue de efectivos policiales y nutrida concurrencia de vecinos que lo vivó y aplaudió con insistencia. Tras el acto Caliva salió al frente del edificio del Concejo a saludar. No habló con la prensa y, tras cumplir con el protocolo, ingresó a su despacho a reunirse con las autoridades. Ninguno quiso referirse al escándalo del audio. De allegados a éstos se conoció que el hecho generó el disgusto del gobernador. “Está más enfurecido con Yapura Astorga, al que le atribuye responsabilidad en su difusión, que con Caliva que pecó de ingenuo”, se reveló.