Verónica Vargas, una maestra de educación especial, se dirigía a media mañana por avenida Colón a cargar combustible para luego asistir a su trabajo cuando al llegar a la intersección con avenida Independencia, en el semáforo, fue sorprendida por dos delincuentes que rompieron el vidrio trasero de su camioneta para robarle.   

“En ese trayecto que hago a diario me interceptaron unos hombres en moto; uno se quedó detrás de mi camioneta esperando en una moto XLR roja mientras el otro me atacaba rompiendo el vidrio y tomando mis pertenencias”, contó a LA GACETA.

En el piso del asiento del acompañante llevaba dos bolsos: uno personal y otro con documentación de los alumnos que asisten a las instituciones en donde trabaja.

Rompevidrios volvieron al ataque y lo hicieron en barrio Norte

“Después de que rompieron el vidrio vi medio cuerpo del hombre adentro mirando que podía sacar; los bolsos estaban en el piso detrás del asiento del acompañante. El delincuente tomó los bolsos y cuando estaba por escapar reaccioné y pude quitarle uno”, relató la docente.

El bolso que se llevaron los asaltantes contenía documentos de sus alumnos y material didáctico. “Solo me sirve a mí”, lamentó Vargas.  La docente realizó la denuncia en la Comisaria Nº3 de la capital.

Los rompevidrios cambiaron la zona de ataques

Esta modalidad de robo se extiende cada vez a diferentes zonas de la capital, sin importar si los autos están estacionados o en movimiento, como sucede desde hace meses en diferentes semáforos de San Miguel de Tucumán.