La decisión del gobierno germano es la última de una serie de medidas que varios Estados han tomado tras el escándalo que se hizo público el año pasado cuando se supo que la consultora Cambridge Analytica usó datos de casi 90 millones de usuarios de Facebook para desarrollar un software e influir en las elecciones presidenciales de Estados Unidos en 2016. Ahora, en ese país, los usuarios deberán brindar su consentimiento para que la red social obtenga su información de sitios externos o para que la combine con la de otras aplicaciones propias, como WhatsApp e Instagram. No obstante, Facebook manifestó su desacuerdo con la medida y dijo que apelará.