Entre cada respuesta de Ricardo Zielinski, casi siempre entra en vigencia una con título de sello de marca que lo identifica como técnico y formador de Atlético: no ir más allá de lo evidente. “En todos los clubes donde estuve me manejo igual. Siempre pienso en el partido que viene. Después, faltando tres o cuatro seguramente la realidad nos indicará para qué estamos. Nosotros no podemos pensar más que en el partido que viene”. Lo que dice el “Ruso” se cumple.

Y está bien que así sea, porque lo que viene demostrando su equipo durante esta campaña es una extensión de la anterior, incluso cuando en cancha hay variantes. No solo eso. Atlético ha superado marcas gloriosas. Con 31 puntos en 15 duelos disputados, supera por uno al equipo de Juan Azconzábal del torneo de Transición 2016, cuando totalizó 30 puntos en 16 presentaciones, números que lo empujaron a la zona de clasificación de la Libertadores 2017.

Lo que Zielinski hace es evangelizar al plantel. Les hace creer a sus dirigidos que el orden y la concentración son dos de las mayores armas que pueden existir en el fútbol, amén de la contundencia, en ataque, y la solidez, en defensa. Pero lo más importante de todo su libreto es adoctrinar a sus dirigidos con la propuesta de que “todos pueden jugar”. En su plantel no hay ni vencedores ni vencidos, solo luchadores. “Tenemos que correr todos. Cuando uno no lo hace, sufrimos. Entre los 11 tenemos que ayudar; entre los 11 y los que entren desde el banco. Ellos saben que tienen que correr hasta la última pelota”, Jonathan Cabral lo mencionaba el sábado después del categórico 4-1 ante Gimnasia. Son Mosqueteros a gran escala. Todos para uno, uno para todos.

Este Atlético ubicado en el último escalón del podio de la Superliga no se conforma con el lugar que tiene. Lo sostiene mientras alimenta el sueño de poder alcanzar a Racing, el sólido líder que estuvo contra las cuerdas en 25 Mayo y Chile en la fecha inicial. “El equipo sigue bien, con intensidad. El objetivo es entrar en algún torneo internacional. Vamos bien”, explica Bruno Bianchi. Hay deseo de grandeza, pero siempre sabiendo hacia dónde y cómo hay que ir. “Estamos para ir paso a paso, como arrancamos el semestre pasado, que sabíamos que estábamos peleando abajo y que teníamos que ganar cada partido que jugábamos. Nos quedan 10 finales”, aclara por las dudas José San Román, en una reacción verbal de vestuario que no hace más que ratificar que en el “Decano” todos piensan igual. “Tenemos que seguir por este camino. Venimos bien. La idea está clara”, asegura Bianchi.

Ubicado entre los 30 mejores equipos del planeta, según el ranking del Football World Rankings, el “Decano” ha sabido despegarse de la zona caliente de los promedios. Resulta hasta casi imposible imaginar una debacle. Sin ir más lejos, a San Martín de San Juan, que es el último en salvarse de caer a la B Nacional, Atlético le lleva 19 puntos sobre 27 que le restan a los puntanos. Y a los que hoy estarían condenados, le sacó 20 a Patronato, su próximo rival, el lunes que viene, a las 19.20; a Belgrano, 21, y a Tigre, 27. San Martín, que está en la zona roja, divide por una temporada, por lo que su posición puede variar según sus resultados.

Atlético ha madurado, a partir de la concepción del “paso a paso” y de que cada rival es diferente al anterior. Entonces, la preparación es diferente, no desde lo mental sí desde lo táctico. ¿Cómo se imagina Rodrigo Aliendro el partido contra Patronato? “Sabemos que ellos tienen una pelea más profunda con el descenso y se van a jugar todo. Nosotros queremos seguir por este mismo camino”. El volante destacaba las urgencias de uno y de otro. La presión, claro, es diferente.

Si el campeonato finalizara hoy, Atlético quedaría ubicado en el puesto siete de la tabla de la permanencia, lo que el daría el espaldarazo de la consolidación en la categoría. Hablar del promedio es más bien la excusa para prenderse entre los protagonistas que torneo a torneo se reparten los boletos a los torneos internacionales. “El objetivo es volver a jugar una copa. Nos faltan 10 fechas a nosotros y trataremos de seguir peleando allá arriba. Al final del campeonato veremos para qué estamos”, sostiene Cabral, el eje de una zaga “decana” que disfruta de los goles de sus delanteros mientras evita los castigos contrarios y los malos tragos.

Al final de cuentas, goles son amores, y el que más hace, como Atlético (es el más letal, con 31), más chances de ganar y soñar tiene. Pero siempre paso a paso. O como le gusta a Zielinski: partido a partido.