Carlos Dante Barrionuevo es médico en Emergentología y cirujano, y fue uno de los profesionales encargados de la reautopsia del cuerpo de Paulina Lebbos durante la reconstrucción efectuada por Gendarmería Nacional en abril de 2006. Ese trabajo dejó al descubierto los “malos procedimientos”, según definieron en la sala, de los equipos de Criminalística y Forense de la Policía local, y las responsabilidades de la cadena de mando del fuerza de seguridad local, durante el hallazgo del cadáver de la estudiante.

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Ayer, en el juicio oral, el especialista agregó críticas al operativo efectuado durante el 11 y 12 de marzo a la vera de la ruta 341, en Tapia, y a los exámenes realizados sobre los restos de Paulina. “Se lo digo por descarte: el protocolo fue no hacer una autopsia adecuada. No hubo otro protocolo en esa autopsia”, respondió Barrionuevo ante la consulta Cergio Morfíl, abogado defensor del imputado Héctor Brito, en torno de las conclusiones de la tarea forense.

En particular, el profesional le preguntó si conocía “cómo se hacen las autopsias en Tucumán”. “Si se hacen así, son pésimas”, insistió el médico. “En el análisis de causa, se toma en cuenta el único dato positivo, que es la primera autopsia y la que recoge más datos. No se puede sacar otros datos de lo que no existe”, añadió.

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El forense manifestó que la muerte de Paulina, de acuerdo al informe presentado en 2006 al entonces fiscal Carlos Albaca y avalando la primera autopsia, fue “por asfixia por estrangulamiento manual”, aunque remarcó que faltaron elementos para fundamentar y documentar esa decisión oficial.

“Se estuvo de acuerdo con esa conclusión por algunos signos que se hallaron, pero faltaban elementos de autopsia de cuello”, apuntó. El profesional se refirió así a los anillos traqueales y piezas histopatológicas (toma de muestras de tejidos, por ejemplo), entre otros.

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Barrionuevo también cuestionó que “no es adecuado hacer una autopsia a cielo abierto, dado que se podría contaminar el cuerpo” con materiales del ambiente y que “no es una buena práctica lavar” el cadáver previo a la realización del examen. El médico fundamentó así su observación al procedimiento realizado con los restos de Paulina, que fueron rociados con agua antes del estudio y bajo un árbol, de acuerdo a las filmaciones de la causa.

“Nunca hicimos un intervalo por lluvia, por nieve ni por frío durante la recolección de pruebas en el lugar del hecho”, manifestó el cirujano, con referencia al operativo realizado el 11 y 12 de marzo en Tapia. Paulina fue encontrada sin vida y se postergó la toma de pruebas hasta el domingo.

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El lunes, el ex jefe de los peritos de Gendarmería, Miguel Sánchez, había calificado de “vergüenza técnica” el operativo en el lugar del hallazgo, con responsabilidades de la cadena de mando de la Policía. En total, declararon cinco peritos del equipo técnico nacional.

Justamente, para hoy, en la reanudación del proceso oral, está prevista la declaración de la bioquímica Lilia Moyano, quien prestaba servicios en la Dirección de Criminalística de la fuerza de seguridad local en ese momento y que fuera señalada en el juicio como una de las encargadas del procedimiento.