Su paso sigiloso por Tucumán durante la jornada de ayer contrastó con la polvareda que levantó el martes pasado en el Senado, por su discurso sobre prolifaxis sexual y por desaconsejar el uso de profilácticos durante el debate sobre el aborto legal. El pediatra Abel Albino rechazó cualquier tipo de acercamiento con la prensa, y hasta en el desarrollo de la conferencia que brindó anoche en el Hotel Catalinas ante unas 600 personas, los organizadores, el Colegio Santa María, limitaron la labor periodística para preservar el pedido del visitante.

Albino recibió una catarata de críticas por las afirmaciones sobre profilaxis sexual

Antes de iniciar su disertación sobre “Los cinco pasos para una gran nación”, el polémico médico “rompió el hielo” diciendo: “me pega que me peguen, pero no hay devolución a los ataques”. Así cerró el comienzo de una exposición plagada de ironías y humoradas sobre su vida y comienzos en la medicina. También recordó sus “travesuras” de juventud por la facultad de medicina de Tucumán y algunos compañeros de estudios.

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En cada paso de los cinco necesarios que abordó para lo que el médico considera una “gran nación”, realizó una crítica objetiva con ejemplos propios y datos estadísticos oficiales, aunque remarcó que él no es político “y mi opinión, por lo tanto, tampoco tiene una carga política”.

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Reiteró que la pobreza es el peor mal de la democracia. “El pobre no es pobre porque tiene menos plata. Es pobre porque no tiene familia, no tiene ideales, no tiene que comer. El intelecto está dañado y es porque no hay una política que atienda la necesidad fundamental de los chicos que no es el hambre, que se cura en 15 minutos, sino de la nutrición, que si no es contemplada en los primeros dos años del chico le afecta el desarrollo corporal y cerebral”, indicó.

CONTRA ALBINO. Defensores del aborto legal protestan frente al hotel.

Por esa carencia de años de no preservar con políticas activas el cerebro de un chico con programas de nutrición, los argentinos “somos subdesarrollados mentales”, apuntó. “Y aclaro -agregó- que no estigmatizo a los pobres. Es la verdad; en la Argentina hay 12 millones de pobres”.

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Según el listado que confeccionó el doctor Albino para llegar a la “gran nación”, hay que arrancar con “preservar el cerebro de un chico”, luego “educarlo”, después instalar redes de “cloacas”, dotar a la pobres de “agua corriente” y “luz eléctrica” para que “no vivan en la oscuridad y tengan agua calientes para evitar la parasitosis” originada por el uso de excusados.

Reiteró, como lo hizo en el Senado, que el 50% de la población argentina no tiene cloacas, es decir 20 millones de personas, y que son cifras de un problema que “debemos abordar”. En ese sentido, citó la falta de agua, en el 30% del país, y otro tanto que no tiene electricidad, para volver a fijar su posición contraria respecto de la legalización del aborto. “Comparen estas cifras para discutir sobre las necesidades en salud pública, y también con las muertes de 48.000 mujeres por accidentes cardiovasculares, 31.000 por cáncer, desnutrición 560 y por aborto 31”.

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Al abordar el tema de la desnutrición, dijo que es “otro cuento”, porque es “otro síntoma, no es como el hambre que se sacia en 15 minutos”. “La desnutrición es una enfermedad individual y social y su tratamiento nos puede llevar una generación, 20 o 25 años; no 15 minutos. Por eso es importante el abordaje integral de la prevención”, añadió.

Después de dos horas de exposición, Albino resaltó su defensa irrestricta del matrimonio y de la familia, y recibió un prolongado aplauso de la concurrencia.